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Obama llegó a Brasil para reunirse con su par

Los presidentes se reunirán hoy con objetivos muy diferentes, ya que mientras el mandatario busca aumentar las exportaciones al gigante sudamericano, la jefa de Estado pretende su apoyo para un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Barak Obama llegó a Brasilia, donde permanecerá 12 horas, en las que buscará desarrollar una "sociedad energética estratégica" con Brasil a partir de que las reservas petroleras descubiertas recientemente por la compañía brasileña Petrobrás "pueden ser mucho más grandes" que las de Estados Unidos, según afirmó ayer el mandatario al diario Usa Today.

Rousseff, experta en temas energéticos, considera que el petróleo y el gas tendrán una revalorización tras la crisis japonesa en una usina nuclear tras el terremoto y tsunami del viernes 11 de marzo.

Este aspecto es el único que hasta el momento no presenta fisuras en la agenda de ambos gobiernos, y la visita de Obama estará marcada por los límites que ayer hizo públicos el canciller brasileño, Antonio Patriota, y la propia Rousseff.

"Brasil quiere una relación de igual a igual y las circunstancias en el mundo de hoy favorecen para ello", sostuvo el canciller, quien reconoció que las relaciones bilaterales "se enfriaron".

La causa de ese enfriamiento, agregó, es que "hubo una falta de comprensión sobre los esfuerzos para producir resultados" en la gestión que realizaron los gobiernos brasileño y turco el año pasado ante las autoridades de Irán para lograr el acuerdo reclamado por Washington sobre el enriquecimiento de uranio iraní.

Obama, que viajará acompañado por una comitiva de empresarios, subrayó el tono eminentemente económico de su visita, al reseñar que "con alrededor de 200 millones de habitantes, una creciente clase media y un ingreso per cápita creciendo a casi el 7 por ciento anual, Brasil importa más bienes y servicios de Estados Unidos que cualquier otro país en el mundo".

El presidente marcó el tenor de su viaje a Brasil, Chile y El Salvador cuando sostuvo que las exportaciones de América latina "están creciendo más rápido que nuestras exportaciones al resto del mundo", y pronto las mismas "apoyarán más de 2 millones de empleos" en Estados Unidos.

El jefe de la Casa Blanca también destacó que se espera un giro de negocios por 200.000 millones de dólares para la construcción y actualización de infraestructuras brasileñas en vista del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de dos años más tarde, y que Estados Unidos quiere ser "un socio" en esas obras.

La visita de Obama también tendrá un fuerte lobby a favor de la fabricante de aviones Boeing, que compite con suecos y franceses para vender 36 cazas con transferencia de tecnología a Brasil, un negocio de 8 mil millones de dólares.

Sin embargo, el vicepresidente de la Asociación de Comercio Exterior (AEB), José Augusto de Castro, evaluó ayer que "el petróleo es una clave para Brasil, que será mejor proveedor, con estabilidad democrática" y Estados Unidos "seguramente buscará acuerdos en ese sentido, pero por lo demás, la visita es más simbólica".

"Si ellos quieren exportar más, necesitamos contrapartidas, como disminuir el déficit comercial bilateral", agregó.

Para Rousseff, en tanto, una de las claves es la expectativa que tiene Brasil de conseguir una señal de Obama para la aspiración brasileña de ser uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, tal como el jueves resaltó Patriota.

Se espera, según fuentes del Ministerio de Economía brasileño, una línea de crédito del Eximbank (el banco de fomento a la exportación estadounidense) para la compra equipamientos para el sector petrolero brasileño.

Además, Brasil pondrá en la mesa de negociación los viejos reclamos por barreras arancelarias y subsidios agrícolas, en especial la tasa que se le cobra al etanol.

La mandataria marcó también el tono político que tendrá el encuentro, al pedirle a Washington que abandone la idea de una Alianza para el Progreso, el plan continental para la región diseñado a comienzos de la década de los `60 por el entonces presidente John Kennedy.

"No somos más el país de la época de la Alianza para el Progreso, un país que necesita de ese tipo de ayuda; no es que la Alianza para el Progreso no haya tenido sus méritos, pero Brasil no es aquel Brasil y debe ser mirado de forma muy detallada por Estados Unidos", afirmó la presidenta.

Brasil debe ser considerado como un "socio importantísimo de Estados Unidos en la región por sus lazos históricos y porque asumió un rol internacional", recalcó.

Además, reclamará que Estados Unidos aumente los cupos para estudiantes brasileños en sus mejores universidades, porque "es fundamental que Brasil apuesta a la formación en el exterior", ya que "todos los países que dieron un salto apostaron a la formación de profesionales afuera", dijo la mandataria.

Rousseff criticó la violación a los derechos humanos en la base estadounidense de Guantánamo.

"Si no estoy de acuerdo con la lapidación de mujeres, tampoco puedo estar de acuerdo con gente presa de por vida y sin haber sido juzgada", dijo y aclaró que su postura en defensa de los derechos humanos "vale para Irán, para Estados Unidos y para Brasil".

Obama viajará con su esposa Michelle y sus dos hijas a Río de Janeiro, donde pretende tener un contacto más directo con el pueblo carioca.

Unos 3 mil militares y policías custodiarán al presidente en la capital, mientras que por recomendación del servicio de seguridad, se canceló el discurso público que tenía previsto dar el domingo en la plaza Cinelandia del centro de Río de Janeiro.

En la capital carioca, Obama visitará con su familia el monumento Cristo Redentor y la favela Ciudad de Dios, para partir el lunes a Chile.