La tragedia de San Rafael - Ayudános a evitar una catástrofe edilicia en Bs. As.
Un edificio que se derrumba en la calle Libertad. Mamparas, balcones y medianeras que se vienen abajo y la visión que cada pozo que se cava para construir edificios engendra miedo en el vecindario. Nadie sabe quién y cómo supervisan las obras. Y una comunicación misteriosa que nos advierte sobre una tragedia cómo la de San Rafael. Enteráte de qué se trata a ver si juntos podemos evitar una catástrofe. Por Boimvaser.
Por Jorge D. Boimvaser
info@boimvaser.com.ar
(Vas como un ciego en la bodega, toc toc tom.. ¿Cuál es tu charter cuál? – Blues de la Artillería, Los Redondos).
En forma misteriosa, una voz anónima nos advierte que puede producirse en Buenos Aires una tragedia como la de San Rafael. Sólo eso, no alcanza más que para una advertencia y quizás entre los lectores y el periodismo podamos evitar una posible masacre al estilo Cromañón o el accidente en la estación de Once. No sabíamos nada sobre la tragedia de San Rafael hasta el momento de esa comunicación extraña. Pero fuímos a buscarla y esto encontramos.
La historia es así. El 15 de junio de 1969 se inauguraba un complejo gastronómico en España llamado Los Ángeles de San Rafael. El constructor era un joven cuya vida estuvo signada por el delito y la criminalidad incluso en la Argentina: Jesús Gil y Gil.
Recién habían servido el primer plato cuando se oyó un ruido terrible y se desmoronó la loza aplastando a 58 personas con un tendal de heridos que nunca se terminó de contar.
Las obras se hicieron muy mal, con materiales de segunda mano y mezclas de esas que no resisten la menor presión sobre el piso. Los controles de obra eran truchos, los inspectores coimeados (no sólo en la Argentina ocurren estas cosas) y un conjunto de irregularidades que llevaron a la cárcel a Jesús Gil y Gil.
El dictador Francisco Franco lo indultó después de dos años de prisión (tampoco el Vatayón Militante es ocurrencia de La Cámpora), y Jesús Gil y Gil terminó de construir el complejo que hoy sigue funcionando y es uno de las principales fuertes de ingreso de la familia.
Algo así como imaginar en Cromañón nuevos festivales de rock. ¿Los muertos de la tragedia de San Rafael? Bien, gracias, se fueron sin pagar pero como dice el refrán: Cliente muerto no paga (título de un film negro recomendable cien por cien, aunque el refrán sea “dicen que el crimen no paga”).
Jesús Gil y Gil fue alcalde de Marbella donde también se lo procesó por corrupción y ya que en España le echaban Raid negro a granel, hizo las valijas y recaló en Buenos Aires.
Levantó un imperio gastronómico con el mismo sistema de corruptela empresaria que utilizó en aquella jornada terrible de San Rafael. Quinientos comensales y en unos segundos murieron más del diez por ciento de ellos enterrados bajo escombros.
Jesús Gil y Gil presidió en Buenos Aires el Club Deportivo Español, uno de los tantos pilares sociales de la comunidad ibérica en el país. Uno de los pocos casos en que un club de fútbol va a la quiebra y solo sobrevivió –y mal- cambiando el nombra a la institución, que nunca pudo volver a la gloria anterior.
En ese club estuvo involucrado en una muerte y estafas reiteradas, fue preso y regresó a España donde falleció el 14 de mayo del 2004. En Buenos Aires su empresa siguió funcionando, aunque actualmente nadie sabe si su hijo está al frente de ella. Es extraño que después de haber sido culpable de la tragedia de San Rafael, una parte de Madrid lo recuerda bien por haber sido un adalid del fútbol local, desde la Presidencia del Atlético de Madrid.
No da para seguir hablando de él, pero si retornar a esa comunicación misteriosa que recibimos hace unos días alertándonos que en Buenos Aires podía ocurrir una tragedia similar a la de San Rafael.
Quisimos chequear qué complejo turístico y gastronómico se está construyendo, pero es casi una misión imposible acceder a registros que deberían ser públicos y no lo son.
Una arquitecta nos relató que el mundo de la construcción tiene infinidad de tramas secretas, algunas truchas, como confundir avisos de obra con permisos de obra. Edificios que no tienen habilitación municipal definitiva (final de obra) son vendidos y ocupados y casos así a montones.
No fue el gobierno de Mauricio Macri quien creó ese status quo obsoleto, irregular y tramposo. Pero tampoco hizo las correcciones necesarias para que vivir en la ciudad sea menos peligroso. Si no te asedian las entraderas, corrés el riesgo de tener que vivir con tortícolis, mirando siempre hacia arriba para que no se te caiga un balcón en la cabeza. Adentro estás inseguro, afuera también. Así no hay cuerpo que aguante semejante stress.
En síntesis, no sabemos donde se puede estar erigiendo una obra que quizás encierre una tragedia por negligencia de sus constructores y de la política oficial de contralor.
Pero el lector puede ayudarnos a develar esta incógnita. Si sabés de una mega construcción aún en marcha, aunque no parezca nada extraño y tenga los cartelitos de obra a la vista, podes avisarnos y quizás juntos logremos evitar una catástrofe en ciernes.
En estos casos la prevención es esencial. Y muchas veces lectores y periodistas podemos hacer algo en bien de todos.
En el hermoso libro de las paradojas Tao Te Ching, reza un aforismo:
“El hombre inteligente soluciona los problemas, el hombre sabio los evita”.
Hagamos juntos algo sabio y bueno a la vez, salvemos vidas que aún estamos a tiempo. Sorry que esta vez no tenemos más certezas para ofrecerte, solo guiarnos por una comunicación misteriosa y el olfato periodístico que a veces es infalible.
info@boimvaser.com.ar
(Vas como un ciego en la bodega, toc toc tom.. ¿Cuál es tu charter cuál? – Blues de la Artillería, Los Redondos).
En forma misteriosa, una voz anónima nos advierte que puede producirse en Buenos Aires una tragedia como la de San Rafael. Sólo eso, no alcanza más que para una advertencia y quizás entre los lectores y el periodismo podamos evitar una posible masacre al estilo Cromañón o el accidente en la estación de Once. No sabíamos nada sobre la tragedia de San Rafael hasta el momento de esa comunicación extraña. Pero fuímos a buscarla y esto encontramos.
La historia es así. El 15 de junio de 1969 se inauguraba un complejo gastronómico en España llamado Los Ángeles de San Rafael. El constructor era un joven cuya vida estuvo signada por el delito y la criminalidad incluso en la Argentina: Jesús Gil y Gil.
Recién habían servido el primer plato cuando se oyó un ruido terrible y se desmoronó la loza aplastando a 58 personas con un tendal de heridos que nunca se terminó de contar.
Las obras se hicieron muy mal, con materiales de segunda mano y mezclas de esas que no resisten la menor presión sobre el piso. Los controles de obra eran truchos, los inspectores coimeados (no sólo en la Argentina ocurren estas cosas) y un conjunto de irregularidades que llevaron a la cárcel a Jesús Gil y Gil.
El dictador Francisco Franco lo indultó después de dos años de prisión (tampoco el Vatayón Militante es ocurrencia de La Cámpora), y Jesús Gil y Gil terminó de construir el complejo que hoy sigue funcionando y es uno de las principales fuertes de ingreso de la familia.
Algo así como imaginar en Cromañón nuevos festivales de rock. ¿Los muertos de la tragedia de San Rafael? Bien, gracias, se fueron sin pagar pero como dice el refrán: Cliente muerto no paga (título de un film negro recomendable cien por cien, aunque el refrán sea “dicen que el crimen no paga”).
Jesús Gil y Gil fue alcalde de Marbella donde también se lo procesó por corrupción y ya que en España le echaban Raid negro a granel, hizo las valijas y recaló en Buenos Aires.
Levantó un imperio gastronómico con el mismo sistema de corruptela empresaria que utilizó en aquella jornada terrible de San Rafael. Quinientos comensales y en unos segundos murieron más del diez por ciento de ellos enterrados bajo escombros.
Jesús Gil y Gil presidió en Buenos Aires el Club Deportivo Español, uno de los tantos pilares sociales de la comunidad ibérica en el país. Uno de los pocos casos en que un club de fútbol va a la quiebra y solo sobrevivió –y mal- cambiando el nombra a la institución, que nunca pudo volver a la gloria anterior.
En ese club estuvo involucrado en una muerte y estafas reiteradas, fue preso y regresó a España donde falleció el 14 de mayo del 2004. En Buenos Aires su empresa siguió funcionando, aunque actualmente nadie sabe si su hijo está al frente de ella. Es extraño que después de haber sido culpable de la tragedia de San Rafael, una parte de Madrid lo recuerda bien por haber sido un adalid del fútbol local, desde la Presidencia del Atlético de Madrid.
No da para seguir hablando de él, pero si retornar a esa comunicación misteriosa que recibimos hace unos días alertándonos que en Buenos Aires podía ocurrir una tragedia similar a la de San Rafael.
Quisimos chequear qué complejo turístico y gastronómico se está construyendo, pero es casi una misión imposible acceder a registros que deberían ser públicos y no lo son.
Una arquitecta nos relató que el mundo de la construcción tiene infinidad de tramas secretas, algunas truchas, como confundir avisos de obra con permisos de obra. Edificios que no tienen habilitación municipal definitiva (final de obra) son vendidos y ocupados y casos así a montones.
No fue el gobierno de Mauricio Macri quien creó ese status quo obsoleto, irregular y tramposo. Pero tampoco hizo las correcciones necesarias para que vivir en la ciudad sea menos peligroso. Si no te asedian las entraderas, corrés el riesgo de tener que vivir con tortícolis, mirando siempre hacia arriba para que no se te caiga un balcón en la cabeza. Adentro estás inseguro, afuera también. Así no hay cuerpo que aguante semejante stress.
En síntesis, no sabemos donde se puede estar erigiendo una obra que quizás encierre una tragedia por negligencia de sus constructores y de la política oficial de contralor.
Pero el lector puede ayudarnos a develar esta incógnita. Si sabés de una mega construcción aún en marcha, aunque no parezca nada extraño y tenga los cartelitos de obra a la vista, podes avisarnos y quizás juntos logremos evitar una catástrofe en ciernes.
En estos casos la prevención es esencial. Y muchas veces lectores y periodistas podemos hacer algo en bien de todos.
En el hermoso libro de las paradojas Tao Te Ching, reza un aforismo:
“El hombre inteligente soluciona los problemas, el hombre sabio los evita”.
Hagamos juntos algo sabio y bueno a la vez, salvemos vidas que aún estamos a tiempo. Sorry que esta vez no tenemos más certezas para ofrecerte, solo guiarnos por una comunicación misteriosa y el olfato periodístico que a veces es infalible.