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La "ley de leyes" deberá esperar a las elecciones

*Por Ezequiel Rudman. Amado Boudou dejó ayer formalmente abierto en el Congreso el debate sobre el Presupuesto 2012, una ley que se cocinará a fuego lento y que llegará al recinto recién en noviembre, después de las elecciones presidenciales.

Habrá apenas una sola reunión más de la Comisión de Presupuesto y Hacienda antes de los comicios, un gesto de clemencia que el kirchnerismo, aún con minoría en la Cámara de Diputados, otorga a pedido de la Unión Cívica Radical.

A diferencia del año pasado, cuando la oposición hizo gala de su mayoría en el recinto y se negó a debatir el proyecto de Presupuesto enviado por el Poder Ejecutivo, esta vez fueron los bloques antikirchneristas quienes solicitaron que el proceso de debate y aprobación del esquema de ingresos y gastos de la Nación sea tratado en cámara lenta. «Te pido por favor que no convoquen a la Comisión todos los miércoles, salimos mal heridos de las primarias y necesitamos oxígeno para dedicarnos de lleno a la campaña en las provincias», fue el ruego del radical Miguel Angel Guibergia dirigido al kirchnerista Gustavo Marconato, jefe de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados.

Con Boudou en la Cámara Baja, y luego de las consultas de rigor, Marconato se compadeció de la UCR y sus socios opositores en el Congreso. El proyecto será sometido a debate de comisión apenas una vez más antes de los comicios del 23 de octubre. Será la semana que viene cuando asistan el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa y el viceministro de Economía y candidato a diputado, Roberto Feletti. Después de esas exposiciones, la Comisión de Presupuesto y Hacienda entrará en receso hasta noviembre, cuando el oficialista Frente para la Victoria emitirá dictamen y el texto del proyecto pasará al recinto.

Tanto la UCR como el interbloque del Frente Amplio Progresista de Hermes Binner ya se comprometieron a votar en general a favor del proyecto. Lo mismo resolvió el PRO de Federico Pinedo, por orden de Mauricio Macri, luego de la traumática experiencia del año pasado que dejó a la bancada macrista al borde de la ruptura. Con ese esquema, el kirchnerismo sólo se arriesgará en el recinto a que la oposición fulmine algún artículo durante la votación en particular. El índice de inflación estimado en 9,2 por ciento y la meta de recaudación, fijada en 668.290 millones de pesos son los principales objetivos del antikirchnerismo a la hora de modificar el articulado del proyecto. Un riesgo casi insignificante teniendo en cuenta que Cristina de Kirchner podrá vetar cualquier cambio introducido en la votación en particular.

La rendición anticipada de la oposición a la hora de debatir el Presupuesto se explica en el traumático resultado de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias del 14 de agosto, donde Cristina de Kirchner superó el 50 por ciento de los votos. Tanto que ayer recomendaron a Boudou que sea clemente con los bloques disidentes para mantener esa especie de pax legislativa que reina en el Congreso. El ministro y candidato a vicepresidente no se apartó de ese libreto, salvo cuando lanzó: «Espero que la oposición no plantee cuestiones para su propia vanidad, ni que tengan que ver con lo electoral». Pese a todo, la estrella del ministro brilló en el Salón Parodi, tanto que la diputada mendocina Patricia Fadel, quien no integra la Comisión de Presupuesto y Hacienda y fue excluida de las listas por su frustrado lobby contra el proyecto de matrimonio igualitario que impulsaba Néstor Kirchner, pidió por favor que la sentaran cerca del jefe del Palacio de Hacienda.