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La estigmatizada trucha

De vez en cuando resurgen personajes que supuestamente son poseedores de poderes, obran milagros o tienen estatuas que lloran sangre. He aquí la reaparición de uno de ellos.

El de Martha Rosemberg, psicóloga y ex actriz que se hizo conocida porque presuntamente porta los estigmas de Cristo desde el 16 de agosto de 2001, es un caso psicopatológico, no exento de algún componente de estafa moral y fraude.

Ahora reaparece con una estatua de Cristo que supuestamente "sangra", y según ella asegura, fue "investigado". De acuerdo con Rosemberg, que también tiene estigmas que "sangran", el fenómeno de un cuadro de Cristo que sangraba, el cual compró en un negocio cualquiera, ocurrió poco después del atentado a las Torres Gemelas. Uno se pregunta qué tiene que ver una cosa con la otra. Nada.

Hace unos años participé de tres programas televisivos para discutir el tema de sus misteriosos estigmas, heridas sangrantes que aparecían en sus manos, pies y ojos. En ese momento, las conclusiones fueron las siguientes: nadie vio, nunca, el momento en que los estigmas aparecían y desaparecían; en el año 2001 ya se había juntado gente para ver el "milagro" y rezar; el caso presentaba todos los rasgos habituales de los estigmatizados: la mujer recibe "mensajes", "sana" a través de Cristo, presenta una personalidad fabuladora, y dice que pierde la conciencia cuando está "sanando". Se descubrió que está registrada en la Asociación Argentina de Actores, es decir, es actriz, y participó como extra en varias películas; también se supo que debía una cantidad de dinero considerable; sus familiares revelaron que solía autoinflingirse heridas, cosa que hoy niega.

Su deseo de protagonismo era evidente: nunca dijo "no" a las cámaras de TV, hasta que empezaron a hacerle preguntas incómodas. Su fastidio era evidente cuando había comentarios incómodos. Afirmaba no cobrar por sus "sanaciones", pero dejaba que la gente "colabore" con lo que pueda... Acudía a la frecuente muletilla que utilizan los charlatanes: "sanar" no es lo mismo que "curar". La "sanación" es un proceso que va desde el interior hacia el exterior, y la "curación" va de lo exterior a lo interior.

Es decir, ella NUNCA tenía responsabilidad alguna, sobre todo con respecto al ejercicio ilegal de la medicina, contemplado por el artículo 208 del Código Penal argentino. Recibió la invitación del Dr. Chouela, dermatólogo del Hospital Argerich de la ciudad de Buenos Aires, para concurrir a hacerse análisis de la sangre que "brotaba" de sus "estigmas", pero NUNCA concurrió.

En fin, un cóctel de misticismo, fraude psicopatológico y estafa moral que ahora reaparece. Sobre todo para las miles de personas que fueron e irán a buscar una solución mágica, atraídos por el irresistible imán del "milagro". Había enfermos terminales, gente en sillas de ruedas y niños enfermos.

Los medios la favorecieron para luego desenmascararla cuando el fraude ya era totalmente evidente.

Por Alejandro Borgo