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La emocionante historia de Willy Ríos

A los quince años perdió los dos brazos en un accidente de tren y tras dejar a un lado las drogas se convirtió en atleta y ahora estudia para convertirse en cantante lírico.

Lejos de ser otro golpe bajo, de esos que en la actualidad se acostumbran a ver en la televisión, la emocionante historia de Willy Ríos es una enseñanza de vida para todas las personas que se deprimen por cualquier motivo personal.

Si te dejo tu novia, si se te cae el pelo, o apareció una caries en una muela, es mejor tomarse un minuto de reflexión antes de caer en la depresión.

"A los quince años iba siempre con un amigo a los jueguitos, al Pacman. Me iba de casa a la mañana y podía volver a la noche, durante el día comía fiambres, nada serio. Y un día quiero subir al tren andando y me desmayo. Después no me acuerdo bien, porque para mi fue todo un sueño", relató al principio esta padre de un chico que aspira a ser cantante lírico y para eso estudia francés e italiano.

"Cuando me despierto ya estaba en la sala de terapia en el hospital Haedo, hice un movimiento y me di cuenta que no tenía brazos. Ahí empezó otra etapa de mi vida", agregó Willy, quien de pibe no terminó la escuela para dedicarse a la delincuencia.

Sin dudas, este entrañable personaje no puede disimular sus ganas de vivir y su fuerza por continuar haciendo cosas, a pesar de soportar tamaño infierno en vida. Al principio le costó aceptar la realidad y por eso cayó en las drogas, "consumía cocaína, marihuana y pastillas, pero lo hice hasta el ’91 cuando decidí hacerme atleta y ahí empecé a ganar muchos premios", dijo.

Willy Ríos hace diez años que trabaja en la calle, en una esquina muy coqueta donde transita con sus coches gente famosa o de alto nivel adquisitivo. "Por día puedo sacar entre 60 a 80 pesos, además cuento con una aporte del Estado de $ 1.400 por discapacidad, pero no me alcanza. Es por eso que hago otras cosas", contó.

El hombre en cuestión, que actualmente vive con su hijo y su madre (su esposa los abandonó), afirmó que "si no me hubiera pasado ese accidente quizás yo hoy seguiría haciendo la misma vida de delincuente. Yo antes robaba y vendía. Hoy puedo hacer otras cosas que me gustan más".

¿Alguna moraleja? La reflexión.