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La bota socialista

Por Raúl Acosta* Los políticos se dividen en dos grupos. Los que buscan salvarse solos y los que buscan salvarse con el partido. El partido sigue dando visión de conjunto y roles. El solitario exige gente a su servicio. Vamos en crudo.

Los políticos se dividen en dos grupos. Los que buscan salvarse solos y los que buscan salvarse con el partido. El partido sigue dando visión de conjunto y roles. El solitario exige gente a su servicio. Vamos en crudo. El partido exige sacrificios. La decisión en solitario es siempre egoísta. Hay personas que han cambiado de muletas y/o escudos varias veces. Son perseverantes. No están solos. Hay una casta oficialista. Viven, han vivido, quieren volver a vivir del dinero público. La fama, la botonera (¡los viáticos!). La tienen. La extrañan. Son adictos.

Hay, desde 2007, un cambio importante en la provincia. El peronismo recién comienza a notarlo. Todas las fuerzas de izquierda, por fuera de sus remilgos, lo saben; algo cambió. El radicalismo supone entender, pero tiene el texto equivocado. En 2007 eran una pálida sombra. Crecieron. Se ilusionaron. El duro sopapo a sus líderes nacionales los dejó, otra vez, con el rabo entre las piernas. El socialismo, protagonista del cambio provincial, está sintiendo el esfuerzo. Crecer no es sencillo. El ropaje es otro y no alcanzan los nombres propios para tantos equipos. Los conflictos del poder no son los de la trepada. La intriga de palacio es una realidad.

No serán fáciles los próximos 4 años para la provincia. El peronismo seguirá en el llano. Llegará la histeria (por errores en su historia). El socialismo sumará 8 años en el poder provincial y sumará más de 25 en Rosario. "La Muni" es, hoy, mas del 35 por ciento del total la provincia en sus 172 kilómetros cuadrados. Hay cansancio de materiales. La composición legislativa en ciudad y provincia será muy diferente a la actual.

El radicalismo, después de octubre, tendrá poco para reclamar y mucho para cuidar. El peronismo verá que otra vez pasó el tren y dejó a Santa Fe desamparada y a su clase política rosarina de a pie. El radicalismo deberá aceptar que tiene liderazgos. Tanto el ingeniero Mario Barletta, como el doctor Jorge Boasso, son sus representantes más genuinos. Por los votos obtenidos los correligionarios los han señalado. Qué hacer con esos dirigentes es la decisión de todo el arco radical. Demos vuelta la taba. Qué harán con el radicalismo estos dos referentes es su tarea partidaria. Ya se sabrá como hacen los deberes.

La provincia no ha dimensionado como un problema que por 8 años el mando será del sur y del socialismo. En realidad la ciudad de Santa Fe si. El aval no fue igual en un caso, el 2007, que en otro, el 2011. Binner fue plebiscitado por el FPCyS, armó la fórmula como quiso, gobernó a destajo, respondió a su índole partidaria, finalmente se allanó a la militancia, conservó el discurso socialista, que nunca fue definitivamente antiperonista. Bonfatti tiene menos resto, distinta composición en las cámaras. Pero es del partido, es socialista entero. Hay principios solidarios que funcionan y disciplinas partidarias que se respetan.

Este es un tema que los colegas capitalinos no conocen, no consideran. Desvirtúan la militancia. El copie y pegue como el use y tire dirigentes los acostumbró a las entrevistas de cocina rápida y comida chatarra. Les cuesta entender respuestas más quietas, menos cohetazos, más puentes que bombas. Les cuesta entender el mediano plazo. El socialismo es una apuesta de mediano plazo. Para el diario de mañana no da un título catástrofe. El problema es de doble entrada. Al periodismo de Ciudad Autónoma, estando en el eje del país le duele ser excéntricos. Estar fuera del centro, sin control de los protagonistas. Lo manifiestan bien y mal. Las dos cosas.

Se quiera o no se quiera el periodismo capitalino es excéntrico a los K.

Hermes Binner es similar y les molesta tanto que por allí se confunden. Ríen con Luis Juez. Se ríen de los hermanitos puntanos. Acompañan el largo velatorio de Duhalde (desde el 2003 vive sepultándose) y el estrepitoso fiasco de Alfonsín (h). Quieren el apocalipsis trucho una vez al mes con la Carrió (ya comienzan a extrañarla) y necesitan que Alberto Fernández, un verdadero tránsfuga, maestro en tal arte, les cobre los favores recibidos yendo y viniendo para explicar que el es un fragmento de un tango: "...la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser". Se lo puede cantar a Cavallo o a Néstor, da igual. Nunca será buen cantor. A Cristina no le mueve ni una de las extensiones de su castaña cabellera.

Con Binner se confunden. Cuando habla de proyectos y cita cuestiones intrínsecas a la mirada socialista sobre la sociedad, la economía, el trabajo, quedan descolocados. Este socialismo es, básicamente, estatista. Todo lo que el estado haga, sin corruptela y con legalidad, tiene una mirada blanda por parte del PSP. Se apoyan esas iniciativas. El periodismo central, unitario, no comprende, se aburre. Huye. Rechaza.

El cambio en Rosario ya es costumbre, dejó de ser novedad. Se suceden las administraciones sin fraudes, con promesas que si y promesas que no. Obras y fracasos. Están, como siempre, quienes quieren que vaya fulanito en lugar de perenganito. Amistades, celos. Trifulcas partidarias. Queda muy claro que el partido socialista es parte del gobierno, que militar es gobernar y que de esa acción siguen saliendo cuadros. No tantos, porque ya no son tantos son los que quieren sacrificarse esperando su turno sin saltear lugares.

El problema del peronismo rosarino es no tener trato directo entre los dirigentes que había (Reutemann y su socio, Obeid) y los que llegaron: Rossi brothers, "Cachi" Martínez y el joven señor y la joven señora, candidatos a diputados nacionales por un dedo del PEN. Es de ellos el futuro. Rossi fue/es un cuadro. Martínez tiene demasiados compromisos con la casa central pero están vivos porque, a su modo, militaron. Se esforzaron. Escucharon, sonrieron. Están. En Rosario hace tiempo que el peronismo abandonó la idea básica: el poder para cambiar la realidad. En Rosario no hay peronismo militante. La figura reconocida es extrapartidaria. María E. Bielsa. Los veteranos añoran. Los jóvenes no discuten, acatan órdenes del poder central. Ni bien ni mal. Es así, simplemente.

Esta bota, definitivamente socialista, tiene su eje en Bonfatti. Quien fuera el "centrojás" de la intendencia y la gobernación de Hermes Binner será el jefe. ¿Quién ocupará su puesto, decididamente importante? Que se vaya Superti, Rodríguez, algún otro ministro extrapartidario no es tan central como los posibles ejecutores de una política "dialoguista". El ministerio "político" es la clave.

La bota socialista no se peleará con CFK. Discutirá en términos urbanos. Sociales. Quien esto escribe supone que el Ministerio de Gobierno tiene un nombre posible. Sabe que habrá políticas similares para Comunicación, Cultura, Economía y Obras Públicas. Que Educación y Policía son dos problemones a resolver. Corte Suprema y Tribunales un exceso de colesterol, como el garantismo trasnochado un desvelo.

El socialismo (Bonfatti y los suyos) esperará hasta el 24 de oktubre para nominar gabinetes posibles. Santafesinos y radicales dialoguistas habrá. El poder, por 8 años, residirá en Rosario. Habrá que entenderlo así.