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Intentó robarle y la mató de un tiro en la frente

Un delincuente baleó a una mujer de 30 años cuando salía de su hogar en Isidro Casanova en un intento de asalto.

Una mujer de 30 años fue abordada por un delincuente que intentó asaltarla y, probablemente, ingresar a la vivienda ubicada en Isidro Casanova.

En ese marco, la joven recibió un balazo en la frente, que le provocó heridas gravísimas en el cerebro. Aunque el cuadro era irreversible, la chica hizo todo lo posible para mantenerse con vida, pero ayer falleció. El autor del drama permanece prófugo y los investigadores casi no tienen pistas.

Un dato que suma salvajismo a la muerte de Patricia (30) es que la bala extraída de la cabeza de la víctima estaba reforzada, es decir, preparada para hacer el mayor daño posible.

En diálogo con Popular, Verónica Amorín Campos, hermana de Patricia, expresó todo su dolor al definir la situación como "una pesadilla de error" y sostuvo que "los barrios pertenecen a los vecinos, a la gente trabajadora, que paga sus impuestos y se esfuerza por vivir de la mejor forma posible, pero la realidad es que estamos cercados por delincuentes, que nos roban, maltratan y matan cuando y como quieren, porque saben que entran y salen, o directamente jamás los atrapan".

Todo sucedió el viernes pasado, en una vivienda ubicada en la calle Habana 6456, de la citada localidad de La Matanza. Eran las 5.40 de la mañana, y Patricia estaba apurada por salir rumbo a su trabajo, como empleada administrativa en una firma metalúrgica. "Salió casi corriendo, pero regresó a los pocos segundos, porque se había olvidado el teléfono celular. Yo estaba levantada, preparándome para el trabajo. Vivíamos juntas. Le dije que la llamaría desde mi celular para saber dónde estaba su aparato, pero en eso lo encontró y se fue", contó la mujer.

Nada hacía prever lo que ocurriría segundos después. "Escucho ruidos extraños, y la voz de mi hermana, gritando: ¡No, no!. Me desesperé. Yo estaba en la cocina poniendo la pava en el fuego. Largué todo y bajé las escaleras, porque vivimos en un primer piso. Cuando llegué a la puerta de abajo, encuentro a Patricia tirada en el piso, sangrando, con una herida en la frente. Levanto la vista buscando explicaciones, porque no entendía nada, y veo a alguien corriendo hacia un auto. Se subió y escapó. Alguien manejaba", explicó la hermana de la víctima.

A partir de ese violento momento, todo fue una pesadilla. Los llamados al 911 fueron reiterados, pero la ambulancia no llegaba. Por eso, se decidió subir a la herida en un auto y llevarla hasta el Hospital Diego Paroissien. "Un patrullero llegó cuando salíamos, así que nos escoltó, abriendo el paso. En el hospital no había lugar en terapia intensiva, y la llevaron al centro médico de González Catán. Ahí la operaron. Los médicos decían que tenía algunos signos vitales porque una parte pequeña del cerebro no había sido arrasada por la bala, que estaba camuflada, preparada para causar estragos. Patricia aguantó todo lo que pudo, la luchó, pero falleció hoy (por ayer)", precisó Verónica.