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Grafología: cuando la letra no dice nada sobre las personas

Los humanos siempre estuvieron interesados en saber sobre su personalidad o el futuro pero a veces recurren a métodos equivocados.

La gente siente una enorme curiosidad por saber cosas sobre sí misma: su personalidad y su futuro, por ejemplo. Por eso son tan populares las mancias o "técnicas" de adivinación y los test de escasa validez que aparecen en las revistas consumidas por un público no científico. Los hombres y mujeres de ciencia, en cambio, saben que hay un principio que toda disciplina debe respetar: someterse a examen y pasar por la carga de la prueba, esto es, que si hay alguna afirmación extraordinaria, la evidencia para apoyarla también debe ser extraordinaria.

La grafología pretende ser el estudio de la escritura, con el objetivo de analizar los rasgos de personalidad y el carácter de un individuo. Es decir que, los grafólogos creen que la escritura puede revelar la personalidad y muchas otras cosas más sobre un sujeto, entre ellas, las enfermedades. En cambio, los verdaderos expertos en analizar la escritura son los peritos caligráficos, no los grafólogos. Los peritos caligráficos examinan la escritura para detectar si una firma o un párrafo escrito pertenecen a una persona determinada, es decir si, por ejemplo, una firma o un párrafo son auténticos o falsificados. Y el ser perito calígrafo es una profesión aceptada y utilizada por la justicia.

¿Qué ven los grafólogos en la escritura?

Los grafólogos examinan ciertos rasgos de la escritura tales como inclinaciones de la letra, o particularidades que tienen que ver con las puntuaciones de las letras, altura y otras características, pero creen que esos rasgos son manifestaciones de funciones mentales inconscientes. Así, creen que ciertos detalles pueden revelar la personalidad de un individuo, como lo hacen la astrología, la quiromancia (lectura de las líneas de la mano) y otras mancias. Pero no hay evidencia de que el inconsciente pueda revelar la verdad sobre una persona, y mucho menos que la grafología constituya un atajo para entrar en dicha supuesta entidad llamada "inconsciente".

Aparte de la personalidad, los grafólogos afirman que a través de la escritura se puede saber mucho más sobre una persona: su futuro, las posibles enfermedades que pueda tener, las experiencias pasadas, las habilidades ocultas y los problemas mentales. A primera vista suena muy prometedor, pero no hay evidencia de que esto sea cierto, a pesar de la tozuda insistencia de los grafólogos. Los grandes hallazgos de la ciencia se publican en revistas especializadas, reconocidas por la comunidad científica, pero los grafólogos prefieren publicar sus artículos en otro tipo de revistas (de grafología, por ejemplo), privando así a la ciencia de examinar la supuesta eficacia de la grafología.

Las pruebas brillan por su ausencia

En estudios debidamente controlados, donde las muestras de ciertos escritos no contienen información que pueda revelar el carácter o los sentimientos de una persona (por ejemplo copiar un fragmento de una revista o un libro), los grafólogos no han tenido éxito y los resultados obtenidos se pueden lograr meramente por azar. Sin ninguna prueba a favor, la grafología incluso se usa para emplear gente, lo cual resulta cuanto menos algo así como tomar a un trabajador basándose en sus iris (iridiología), o en el color del cabello, por dar un ejemplo. Incluso los que no se autoproclaman "expertos" en el tema (es decir, personas comunes), son capaces de identificar el sexo del que escribe aproximadamente en un 70% de las veces.

Por otra parte, los grafólogos nunca dieron una explicación coherente acerca de cómo funciona la grafología. Nunca han respondido por qué la letra puede decirnos algo acerca de la personalidad o sobre las enfermedades que padecemos. Se ha llegado a afirmar que a través de un análisis grafológico, se puede detectar el cáncer. Se trata de una afirmación muy arriesgada si no hay pruebas concluyentes y no aparece la evidencia. Cuando los científicos piden pruebas, los grafólogos ¡se enojan! Es decir, les molesta tener que presentar pruebas a la comunidad científica. Por supuesto en sus propios congresos todos estarán conformes con su doctrina, y en las revistas de grafología sus "descubrimientos" serán bien recibidos. Personalmente, no creo que haya un grafólogo que confíe en comprar un auto o algo de valiosa utilidad basándose solamente en la letra de su dueño anterior.

Por supuesto, siempre existirá el relato de una persona que visitó a un grafólogo y dice que éste "le acertó todo". Es muy común cuando la gente consulta a videntes y adivinos también. Pero estas son anécdotas y con ellas no se prueba nada.

El profesor Raj Persaud, consultor psiquiátrico del hospital Maudsley de Londres, Inglaterra, publicó en el diario The Guardian, en 2005, que en 17 estudios científicos sobre el uso de la grafología en ámbitos empresariales, se demostró la "completa inutilidad de esta técnica para predecir el rendimiento laboral de los candidatos".

Las "técnicas" de la grafología

Hay una gran variedad de "técnicas" que usan los grafólogos. Examinan por ejemplo la presión que uno imprime al escribir, los espacios entre letras y palabras, el tamaño de la letra y la consistencia de la escritura, entre otras. Por supuesto que el contenido de un mensaje puede revelar algo sobre la personalidad, por eso, para probar la supuesta eficacia de la grafología se deberían usar frases sin contenido emocional alguno. Después de todo, de acuerdo a la hipótesis de la grafología, el contenido sería lo de menos.

Aquí te mostramos la misma palabra escrita de tres formas distintas:



El investigador ya fallecido Barry Beyerstein afirmaba que, luego de estudiar esta disciplina, encontró que era común que el hecho de dejar grandes espacios entre las letras indicaba una tendencia al aislamiento y a la soledad porque dichos espacios mostrarían a alguien que no socializa fácilmente y se siente incómodo en compañía de varias personas.

No hay una teoría que explique cómo funcionaría la grafología, y por eso no sorprende que no haya evidencia empírica de que algunas características grafológicas se correlacionen con algún rasgo de personalidad.

La grafología, en síntesis, es una disciplina mágica que pretende encontrar soluciones rápidas, sin tomarse el trabajo de investigar seriamente. La cosa es sencilla: para los grafólogos, la escritura de una persona puede revelar la personalidad, si cometieron algún crimen (ojalá esto NUNCA se use en un tribunal), con quien le convendría casarse, a quién debería uno contratar para un trabajo, qué carrera deberíamos elegir, entre otras cosas. Es como un oráculo, pero a partir de la escritura.

En definitiva, la grafología significa trabajar menos y llegar a conclusiones equivocadas que pueden causar más perjuicios que beneficios. Es exactamente igual recurrir a ella que a la adivinación del futuro a través de las vísceras de los animales. Si querés ver cómo se desempeña un grafólogo en una prueba, te mostramos el siguiente video donde el ilusionista e investigador James Randi logra demostrar que el supuesto "profesional" falla.