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Gracias, muchas gracias

* Por Ricardo Kirschbaum. Los lectores leen Clarín porque así lo deciden libremente y en ese acto de libertad que se renueva cada día desde hace más de 65 años reside el valor cualitativo y la fortaleza del vínculo .

Para los lectores, leer y elegir qué leer, dónde y cómo informarse, es ejercer su derecho a vivir en libertad . Esa libertad fue bloqueada el domingo pasado y los lectores reaccionaron en el acto en su defensa. Actuaron. Se preocuparon. Enviaron muchísimas cartas de apoyo, llamaron por teléfono, pusieron mensajes, alentaron como pudieron, incluso llegando hasta la sede del diario. A ese respaldo se sumaba el repudio a un hecho de inédita gravedad. Y siguen haciéndolo tres días después.

Lo que los lectores sí saben y los censores ignoran es que censurar, sea cual fuera el método directo o indirecto que se utilice, aún el tercerizado, es cada vez más difícil de concretar : la sociedad quiere saber de qué se trata. Y ese deseo fundamental, ese impulso vital de la democracia, no puede ser bloqueado sin afectar gravemente al sistema institucional, abriendo así a un autoritarismo cerril y ramplón, pero no menos peligroso .

Cada vez que se reduce el espacio de libertad, sea cual fuera el motivo y alcance a quién alcance, se debe resistir.

Clarín está agradecido a sus lectores y lo está en un sentido profundo porque somos conscientes de que han sido las víctimas primarias del atropello porque se ha afectado un derecho fundamental, protegido por la Constitución, como es el derecho a informarse .

La reacción ante la ausencia obligada del diario ha sido emocionante, rompiendo esa paralizante idea de que todo da igual .

Sentimos la calidez de ese apoyo.