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Exorcismo mortal

El pensamiento mágico-religioso se ha cobrado una nueva víctima.

Dos hermanos torturaron a su madre hasta matarla durante un exorcismo. Responsabilizaron al demonio por la enfermedad que ella padecía y no encontraron mejor solución que someterla a un ridículo ritual que la llevó a la muerte.

Los hermanos Piotr y Barbara Majewski, de 38 y 39 años respectivamente, oriundos de la ciudad de Ostrowiec (Polonia), declararon que ellos pensaban que el Alzheimer que sufría su madre era un signo de que ella estaba poseída por el demonio. Fue así que sometieron a su pobre madre Irena, de 75 años, a un maltrato brutal: la ataron a la cama, le propinaron fuertes golpes y la obligaron a beber agua bendita. [Polish Express, 13-05-14]


Los improvisados exorcistas creían que el espíritu de su padre fallecido estaba actuando como nexo entre su madre y el demonio, quien quería su alma. "Ellos primero intentaron erradicar el espíritu de la casa, y cuando fracasaron llevaron adelante el violento exorcismo completo", señaló un vocero policial.

"Cuando ella [Irena] les dijo que no había tenido contacto con Satanás ni con su difunto esposo, ellos comenzaron a golpearla y torturarla", agregó el fiscal local Miroslaw Cebula. La autopsia del cuerpo de Irena reveló que tenía la mandíbula y las costillas rotas y severo traumatismo cerebral [Austrian Times, 12-05-14].

Ambos hermanos enfrentan cargos de homicidio agravado por el vínculo y podrían ser condenados a 12 años de cárcel; siempre y cuando no les diagnostiquen trastorno psicótico compartido o folie à deux (locura de a dos). Un nuevo y trágico caso que, inevitablemente, nos recuerda el parricidio de las hermanas Vázquez en el barrio porteño de Saavedra en marzo de 2000.

Caldo de cultivo

El 95% de los polacos son católicos y un alto porcentaje de ellos son practicantes. La Iglesia Católica ejerce una gran influencia en la vida social y política y, como en otras religiones, el demonio es un pilar teológico que sostiene la temible antinomia Dios-Satanás o Bien-Mal.

Esta larga tradición continúa reforzando la creencia en el demonio como máximo enemigo al que hay que combatir y, en caso de perder la batalla, recurrir a los representantes de Dios en la Tierra para expulsarlo. Para eso la Iglesia tiene un "ejército entrenado" presto a colaborar en cuanto Satanás se apodere de la situación: son los exorcistas. Estos "soldados del bien" son obispos o sacerdotes autorizados que realizan exorcismos bajo las normas estipuladas en la nueva versión del antiguo Ritual Romano (1614) que aprobó el santo Papa polaco Juan Pablo II.

Con tanto demonio suelto, el exorcismo cobró mayor vitalidad en Polonia y a tal punto que, en 2012, lanzaron una revista mensual exclusiva sobre el tema: "Egzorcysta".


"El aumento del número de exorcistas en Polonia, que ha pasado de cuatro a más de 120 en 15 años, es muy elocuente", declaró el cura exorcista Aleksander Posacki, durante la conferencia de prensa por el lanzamiento de esta publicación.

Tampoco faltan los libros especializados que están a la orden del día. El libro "Egzorcyzm" del Pde. Michael Olszewski (exorcista de la diócesis de Kielce) es un buen ejemplo de la pretendida lucha frente a los poderes de las tinieblas. Está basado en la propia experiencia del autor como testigo calificado de los supuestos fenómenos sobrenaturales que ha presenciado.


Como se puede apreciar las condiciones están dadas para que reine el pensamiento mágico-religioso y los irracionales temores ante el poder de Lucifer. Por lo tanto no sorprende que surjan delirios de esta naturaleza como los protagonizados por la familia Majewski y con un trágico final.

Además, la intervención de un exorcista autorizado por la Iglesia tampoco hubiese ofrecido mayores garantías. Basta recordar el lamentable caso de Anneliese Michel (1952-1976) que, víctima de una enfermedad mental, fue sometida a innumerables exorcismos hasta que encontró su muerte por desnutrición. Tanto sus padres como ambos sacerdotes exorcistas (Arnold Renz y Ernst Alt), fueron procesados y sentenciados como responsables de su fallecimiento.


El triste final de Anneliese y como otros casos que ya hemos comentado, son parte de esta gran locura alimentada desde una creencia religiosa. Durante años he venido debatiendo con defensores de estos rituales y alertando sobre estas prácticas que no dudo en denominar como curanderismo o ejercicio ilegal de la medicina y con todo lo que eso implica. ¡VADE RETRO EXORCISTA!