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Escándalo: Violencia y separación con las hijas de Marcelo Araujo

El periodista se encuentra internado tras sufrir un accidente doméstico y dar positivo en Covid-19.

En medio de la internación del periodista Marcelo Araujo quien sufrió un accidente doméstico y dio positivo en Covid-19, la familia del periodista comenzó una batalla campal en la casa del relator. 

Sus hijas, Florencia Zilberman y Soledad Tuny Testi, intentaron ingresar al departamento donde vive el relator junto a su esposa, Graciela Guadalupe Ocampo, confirmó el programa Intrusos.

La esposa de Araujo se encontraba en su local de ropa y fue alertada por el personal que trabaja en el edificio.

Automáticamente se presentó en el lugar para frenar el desalojo forzoso y dio aviso a su abogada, Mariana Gallego. "La policía las echó y franjo el departamento, evitó que se lleven los bienes", afirmó la abogada a Primiciasya.com.

Aparentemente, las hijas de Araujo habían preparado un camión de mudanza para retirar todo e ingresaron al lugar con un cerrajero.

¿Con qué argumento? "Dijeron que no estaba casado pero el matrimonio es legítimo", añadió la abogada. Araujo y Ocampo se casaron en 2008 en Estados Unidos.

En Los Ángeles de la mañana habló por primera vez Graciela y contó su verdad.

“La verdad es que no me gusta hablar de cosas tan íntimas, nuestro entorno nos conoce y sabe que soy una mujer reservada que se ocupa de su trabajo, sus hijos, nietos y su marido hace 20 años. Pero finalmente decidí escribir esto con el apoyo de mis hijos, y lo que quieras ampliar de lo legal podés hablar con mi abogada”, reprodujo Ángel de Brito.

“Son muchos años junto a Marcelo, ¡este año cumpliríamos 19 años juntos! Y cómo muchas parejas tuvimos peleas, separaciones, pero siempre volvíamos, siempre lo cuidé y lo seguí haciendo hasta el último momento cuando subí la ambulancia, preocupada por su estado”, relató. “Es cierto que estábamos distanciados hacía 2 meses, pero fue una situación muy triste y grave, en donde tuve que llamar al 911 y no voy a profundizar en eso, no seguí el consejo de la policía que vino a casa y preferí escuchar a mis hijos que me pidieron que me fuera”, se sinceró.

“Muchas mujeres, para bien o para mal, por temor o por lo que sea, hacemos eso. De ese tema no quiero hablar, sólo decirte que como tantas mujeres sufro hace años una situación que creí ponerle fin ese día de febrero, pero después su estado de enfermedad y abandono, me llevó a volver para asistirlo”, contó Graciela.

“Por eso fue tan duro enterarme que mientras mi marido estaba internado, su propia familia cambiaba la cerradura de donde vivíamos y daba órdenes de que yo no entrara, amenazando con sacar mis cosas a la calle. Nunca discutí por el departamento, viviendo ahí con mi marido me enteré que se lo había donado a la hija, y yo no quiero nada que no me corresponda pero después de 20 años y con el padre internado, ¡no podía permitir que me traten como a un perro! Con Marcelo afuera del hospital y sano si Dios quiere, resolveremos nuestros temas como corresponde a gente grande que compartió una vida”, cerró.

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