"Es difícil conseguir un novio un poco más bajo o de la misma altura"
Estuvo ocho años trabajando de modelo, hasta que su vida cambió por completo cuando fue convocada para estar en "Bailando por un sueño 2010". En las primeras galas pasó desapercibida, era una participante más del staff, pero comenzó una especie de juego romántico con el productor Pedro Alfonso y todo cambió.
A partir de ese momento, Paula Chaves se mostró como una joven amorosa que iba de a poco en sus relaciones, una faceta que no se conocía de ella.
El público lo compró y la llevó hasta el final del certamen donde perdió con la Mole Moli. Más allá de que no logró ganar, se hizo conocida popularmente y cambió por completo su presente laboral. Este año tuvo muchas ofertas televisivas, pero eligió conducir un nuevo programade entretenimientos "Extra pequeño", que se emite por El Trece.
-¿Cómo viviste la primera emisión"? -Genial. Me divertí muchísimo ya que es un programa llevadero.
Lo primero que hacemos es la presentación de las familias y después pasan a un set grande donde se lleva adelante todo el juego. Con Darío Lopilato acompañamos a los participantes.
Nos compenetramos mucho con ellos, a veces gritamos y no nos damos cuenta de los micrófonos. Lo que se vive ahí es muy fuerte. Es un trabajo conjunto tanto de los técnicos como de nosotros.
-¿Sentiste nervios a la hora de conducirlo? -Sí, porque todo es una experiencia nueva y algo desconocida.
Pero si me banqué todo lo del año pasado, este voy por mucho más. No lo veo tanto como una conducción sino en mostrarme tal cual soy. Los productores buscaron la espontaneidad y la diversión que tenemos con Darío para llevar a cabo este proyecto.
-¿Al ser un formato único en Argentina se hace difícil encontrarle una manera de llevarlo? -Puede ser, pero la forma la estamos encontrando a medida que pasan los programas, hablamos mucho con los productores y tiramos ideas. Nos dejan opinar un montón y participar mucho en la realización.
-¿Tenés como referente a alguna conductora de televisión? - Sí, a Maju Lozano y a Mariana Fabbiani. Son dos tipas súper auténticas que hacen muy bien su trabajo porque pueden adaptarse bien en cualquier formato. Se muestran muy frescas y no tienen esta imagen de conductoras serias.
-¿Te ves a futuro en un programa como "RSM"? -No sé. Hoy pienso en lo que estoy haciendo. La verdad, me divierte conducir y hacer ficción, pero por ahora estoy enfocada con mi actual trabajo.
Más adelante se verá.
-¿Por qué rechazaste la oferta de estar este año en "Bailando por un sueño"? -Quería tomar un poco de distancia de tanta exposición y emociones juntas. Estoy eternamente agradecida de lo que viví en Ideas del Sur porque me hizo popular. Antes había trabajado ocho años como modelo y no era públicamente reconocido.
Gracias al boom mediático del año pasado, hoy la gente me conoce y sabe cómo soy, ya que me mostré auténtica y simple.
Que haya llegado esta propuesta de "Extra pequeño" es lo que estaba buscando porque me divierte hacer un programa para toda la familia.
- Tu gran exposición hizo que tuvieras otra relación con la prensa mediática.
¿Cómo lo sobrellevaste? -A pesar de que hubo algunos cortocircuitos, creo que los superé muy bien. Respeto el trabajo de los demás y su labor es poner en duda absolutamente todo y cuestionarlo.
Uno en este medio tiene que aceptar ciertas cosas porque es parte del trabajo.
-Hablando de tu época de adolescencia. ¿Es verdad que tenías un complejo con la altura? -En octavo año me gustaban los chicos petisos. Nadie medaba bola porque era muy alta.
Pero cuando empecé a sacar cuerpo, a los 14 años, la historia cambió. Luego comencé a desfilar y le di gracias a Dios por ser alta. Ahí se me fue el complejo porque antes caminaba toda encorvada y no tenía nada, ¡era un fideo! Igual, ser alta sigue teniendo sus desventajas ya que es difícil conseguir un novio un poco más bajo o de la misma altura.
-Después de tu relación con Pedro Alfonso, ¿cómo te encontrás afectivamente? -Hoy estoy focalizada en el trabajo.
No tengo mucho tiempo en mi agenda para una pareja.
Viajo por todos lados por compromisos que cumplir. En el momento que llegue le voy a dedicar espacio al amor, pero todavía falta.