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El retroceso de la clase media

Un reciente estudio a nivel de América Latina muestra que si bien la Argentina continúa liderando el porcentaje de gente que se ubica en la "clase media", también determina que hubo una caída en los últimos años.

Un tema preocupante y que exige replantearse seriamente las políticas que han llevado a esta extraña situación por la cual el país latinoamericano que más consolidó su clase media durante el siglo XX, hoy la deja caer mientras que el resto de los vecinos la hacen crecer.

Los datos dados a conocer recientemente por la Comisión Económica para América Latina (Cepal), sobre la clase media, no dejan de preocupar porque si bien señalan que la Argentina continúa liderando el ránking de la región en lo que a porcentaje se refiere, también destaca que la cantidad de gente incluida en ese sector social cayó del 56 al 52 por ciento en los últimos años.

Para algunos estudiosos, el posicionamiento de la clase media en la Argentina surgió de un sistema educativo que permitió igualdad de posibilidades para todos los habitantes, a lo que se sumó el posicionamiento económico internacional de la Argentina, lo que derivó en el surgimiento de importantes actividades económicas.

Con el correr de las décadas y como consecuencia de las oportunidades que se generaban, la clase media se fue consolidando, más aún cuando las clases bajas -muchas veces a fuerza de grandes sacrificios- incentivaban a sus hijos para que siguieran carreras universitarias, aprovechando también la creación de universidades estatales gratuitas.

Esa clase media era la que buscaban atraer los partidos políticos en sus propagandas pre-electorales en razón de que se trataba de un sector social fundamental, amplio, con convicciones y con intenciones de fortalecer su crecimiento. En los hechos, entonces, el Estado brindaba igualdad de posibilidades para todos, tanto en la salud como en la educación y estaba en la gente aprovechar esa situación.

El estudio del organismo latinoamericano señala que los hogares de clase media crecieron alcanzando actualmente a 128 millones de familias en un universo de diez países de nuestro continente. Pero, en términos absolutos, en la Argentina la clase media creció en un millón de hogares, pese a que en términos relativos disminuyeron en relación al total, cayendo entonces en el porcentual global.

Destaca que Brasil continúa por debajo de la Argentina en cantidad de gente considerada de clase media, pero creció en porcentaje (del 36 al 46 por ciento) aunque, también vale aclararlo, aquel país contaba con una desigualdad formidable en lo que a diferencias sociales se refiere y con un incremento importante de la pobreza en las favelas.

Sin embargo, el crecimiento económico de los últimos años ha sido acompañado por un fuerte impulso industrial y de actividades que generan fuentes laborales, lo que ha revertido también la tendencia, que hoy se muestra a favor del crecimiento de la clase media.

Chile, que había arrancado la década del 90 con un 40 por ciento de población considerada "clase media", alcanzó a la Argentina en lo que a porcentual se refiere, es decir un 52 por ciento. En este caso, los economistas consideran que ese incremento se ha dado también como consecuencia de las actividades de servicios (telefonía, celulares, TV digital o por cable, etc) que han ido captando a jóvenes de las clases bajas para incorporarlos a la media.

Lo que sorprende, en el caso de la Argentina, es que la caída en el porcentual se haya producido en un momento de fuerte crecimiento de la economía y del Producto Bruto Interno.

Lo que determina entonces que no se están aplicando políticas económicas que favorezcan el crecimiento social de la población. Es una tarea pendiente para la actual gestión de Gobierno y para la clase política en general que no puede permitir que continúe en decadencia el sector social más pujante y que permitió que la Argentina ganara la consideración internacional por la conformación de su sociedad.