El mejor amigo del toro
Un corto sobre la amistad entre un humano con un manso cuadrúpedo inspira ternura. Pero también sospecha de bestialismo.
"Lo compré a la ganadería Domecq, y estaba destinado a ser toreado en Barcelona. Cuando les pregunté si era difícil educar a un toro me contestaron ´Si lo cuidas bien, verás que es incluso más fiel que un perro´. Esto demuestra que ellos saben bien el tipo de animal que tienen y que mandan a las corridas."
Esto es lo que cuenta Christophe Thomas, un joven granjero francés que es papá adoptivo de Fadjen, un toro que en cualquier plaza podría ser bravísimo, al punto de encontrar rápidamente la muerte a causa de su bravura, pero que junto a Thomas, quien le prodiga un cariño que tal vez sería digno de mejores causas, ha tratado de educar en el mimo, la ternura y el afecto.
El realizador Pablo Knudsen registró escenas de esa relación para disfrute de los amantes de los animales (e incluso antídoto contra los prejuicios extendidos por los aficionados a la tauromaquia) y la mofa despreciativa de los partidarios de las corridas de toro, cuyo epíteto más suave ha sido tratar a Thomas de marica.
Un segundo video, esta vez filmado en una plaza de toros, muestra cómo otro toro, liberado en un callejón para que el público desafíe su paciencia, respeta y obedece a su instructor y se retira del área sin molestar a nadie, pese a que tal vez hubiese correspondido que le ensartara la cornamenta a más de un impresentable.
Como siempre, las verdaderas bestias terminamos siendo los seres humanos.