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El Día Mundial de la Nueva Internet

El IPv6, un nuevo protocolo de 128 bits que reemplazará paulatinamente al vigente IPv4, de apenas 32 bits, comenzó a ser puesto a prueba hoy por los gigantes tecnológicos que moldean la arquitectura de la red de redes.

De la prueba participan Google, Cisco, Facebook, Microsoft, Yahoo! y Akamai, así como centenares de proveedores de acceso a internet, que ofrecerán hoy sus contenidos en forma dual, usando ambos protocolos.

Se supone que la puesta a prueba del IPv6 pasará inadvertida para la mayoría de los usuarios y se espera que sólo una ínfima parte de ellos podría llegar a sufrir alguna pequeña dificultad mientras se hacen los ajustes.

Durante los próximos años, ambos protocolos convivirán, pero aún llegado el momento en que toda la red funcione sobre el IPv6, no hará falta cambiar de computadora, sino sólo reemplazar routers hogareños y cambiar algunos módems; en cuanto al soft, en caso de Windows, desde la versión XP en adelante, es compatible con IPv6.

En las última década, internet tuvo un crecimiento imparable: si en 2000, en todo el mundo, había 250 millones de usuarios, esa cifra se multiplicó por ocho una década más tarde, según cifras de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.

Cada uno de ellos es probable que acceda desde más de un dispositivo, como computadoras y celulares, que deben utilizar un identificador único denominado número IP.

La gran virtud del nuevo protocolo es que concede un número casi ilimitado de direcciones IP, permite un sinnúmero de nuevas aplicaciones (poner en marcha el micoondas o apagar la licuadora, vía celular), da más seguridad al usuario y hace que todo fluya más rápido.

El Día Mundial de la Nueva Internet es como una gran bocanada de aire fresco para una persona a punto de ahogarse, puesto que el nuevo protocolo empezó a ponerse a prueba justo en el momento en que Internet está por colapsar: sólo quedan un 2% de direcciones de IP disponibles, lo que implica la imposibilidad de otorgar licencias de acceso a nuevos usuarios.

En otras palabras: la situación es casi equiparable a poseer un celular sin chip y tener que esperar a que alguien corte la comunicación para pedírselo prestado.

Ocurre que para poder navegar libremente por la web cada equipo recibe una dirección IP, algo así como un documento de identidad virtual único e irrepetible.

La multiplicación de dispositivos que se vinculan a la red (celulares, netbooks, tabletas, lectores de e-books) puso en evidencia la escasez de esas direcciones IP, lo que compromete la evolución de la red.

El protocolo IPV4, vigente desde 1981, dispone de 4.294 millones de números IP, pero hoy en todo el mundo hay más de 4.000 millones de dispositivos con conexión a internet, lo que significa que se está al borde del colapso.

Pero por suerte, la migración a IPV6 supone ampliar esa capacidad a 340 sextillones (agréguense 36 ceros) de direcciones IP, un número difícil de superar.

La nueva era de internet será más controlada , porque cada usuario tendrá una única IP que lo identifique y registre sus movimientos en la red.

Como explicitó la Comisión Europea en el documento "Aspectos legales del nuevo protocolo de Internet", quien realice descargas de contenidos que violen la propiedad intelectual (películas, música o libros) quedará fácilmente en evidencia.

Asimismo, para el intercambio de información, la mecánica del IPv6 será más segura y eficiente, ya que con el IPsec -un componente de seguridad opcional para IPv4 pero obligatorio en IPv6 cada paquete de información que viaja por la red es encriptado y autentificado, lo que da mayor confidencialidad e integridad a los datos que se envían o reciben.