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Del Sel cosechó voto peronista y reeditó el fenómeno popular

*Por Silvina Kristal. A sólo siete meses de aquel almuerzo de campo en San Miguel en el cual su amigo Mauricio Macri le ofreció pelear la gobernación de Santa Fe, el humorista Miguel Torres del Sel volvió ayer a dar un taquillero golpe de efecto al disputar cabeza a cabeza los comicios, desbancando a un tercer puesto al kirchnerista Agustín Rossi.

En la primera incursión en la política de este invento electoral de Macri -uno de los ganadores ayer de la jornada-, el cómico de Midachi ya había dado la sorpresa en las internas abiertas, obligatorias y simultáneas del pasado 22 de mayo, cuando cosechó inesperadamente cerca de 235 mil votos.

Esa temprana foto disparó el optimismo en los pasillos del PRO, desde donde comenzaron a soñar con que Del Sel podría convertirse en la punta de lanza para una federalización de la propuesta de Macri, en horas que no lo encuentran como candidato a presidente pero sí como un líder de la oposición con acciones que picaron en punta.

La amplia victoria el 10 de julio del jefe de Gobierno porteño sobre Daniel Filmus en la primera vuelta terminó por darle el empujón final al actor, en un escenario local signado por el imán que ejerce Hermes Binner y por el descontento que aún genera -no sólo en el sector del campo- el kirchnerismo, desde donde admiten la existencia de un «voto bronca» contra la Casa Rosada capitalizado por Del Sel.

En una sociedad politizada como la santafesina, ese cóctel -que terminó por sepultar las aspiraciones de Rossi- fue una pócima que alcanzó para compensar las carencias inobjetables de un hombre signado por la varita de la popularidad y del carisma, pero pobre en materia de experiencia, formación y conocimiento íntimo de la provincia para comandar el Gobierno.

Se repitió así el karma santafesino de los fenómenos populares con impacto en las urnas, que tiene como figura emblemática al justicialista Carlos «Lole» Reutemann, dos veces gobernador.

En medio de la euforia, desde el entorno de Macri aseguraban ayer que el humorista captó, además del voto del PRO, a los electores del peronismo no kirchnerista -identificados con los exmandatarios Reutemann y Jorge Obeid- y a independientes.

En rigor, días antes ya había abierto esa senda el lacónico excorredor de Fórmula 1, al expulsar la frase que dejó con oxígeno mínimo a Rossi: «Soy peronista, nunca fui kirchnerista». Un improperio que pesará a la hora de los balances del día después si se tiene en cuenta que el justicialismo acordó presentarse unido tras el candidato ungido en las internas bajo el signo del Frente Santa Fe para Todos.

«En el interior gana Miguel y en el centro de Rosario triunfa Antonio Bonfatti; es un final cerrado», celebraban cerca de las 20 voces macristas, cuando aún no se conocía ningún resultado oficial y mientras esperaban el desembarco del empresario, uno de los ganadores de la jornada junto al candidato presidencial Eduardo Duhalde, quien logró ungir como compañero de fórmula de Del Sel al intendente de Chabás, Osvaldo Salomón.

La incógnita ahora es cómo se traducirán los votos del cómico, el hombre que dice que «ya no hay ni izquierdas ni derechas», en la elección presidencial y que admite su preferencia por la dupla que integran Duhalde y Mario Das Neves.

Del Sel -separado y con tres hijas- nació en la ciudad de Santa Fe en 1957. Dueño de campos en la provincia, se recibió de profesor de Educación Física y conoció durante esos años a Darío «Chino» Volpato, quien luego sería uno de sus compañeros en Midachi. Peña mediante, años después se sumó Rubén «Dady» Brieva, y en 1989 el trío se presentó por primera vez en un teatro porteño. Veintidós años después, la buena actuación no fue en las tablas sino en el cuarto oscuro.