Conocé a María Juana Martínez, la persona más longeva del país con 117 años
Es misionera y vive en la ciudad de Bernardo de Irigoyen. Su DNI no deja mentir: nació en 1898.
Se llama María Juana Martínez y, con 117 años, es la persona más longeva de la Argentina. Vive en la ciudad misionera de Bernardo de Irigoyen.
María Juana no está atravesando su mejor momento de salud, ya que casi no puede ver y ya dejó de caminar, publicó el diario Territorio Digital. "Ella siempre fue muy sana. Se alimenta con poroto, mandioca y casi no tomaba remedios; sólo algunas vitaminas", contó Julia, su bisnieta de 26 años.
Cuando nació, Julio Argentino Roca promediaba su primer mandato como presidente. Nació el 7 de mayo de 1898 y fue una de las primeras partes de la ciudad más oriental del país, donde sigue viviendo.
Si bien vive junto a uno de sus ocho hijos, María Cecilia, de 88 años, la suele cuidar su vecina Beatriz Maz.
El año pasado, su humilde casa de madera recibió una serie de mejoras por parte del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional, luego de que sus vecinos se movilizaran en su nombre. También le otorgaron una pensión. Se juntaron fondos para hacerle un baño y los alumnos de un colegio de la zona le hicieron la instalación eléctrica. Además, la comuna hizo un mural en su honor.
"La verdad es que muchos vecinos la quieren, preguntan por ella y siempre están pendientes de que le falte algo", se orgulleció Julia. Y recordó la frase que su abuela suele repetir: "Parece que la muerte se olvidó de mí".
María Juana no está atravesando su mejor momento de salud, ya que casi no puede ver y ya dejó de caminar, publicó el diario Territorio Digital. "Ella siempre fue muy sana. Se alimenta con poroto, mandioca y casi no tomaba remedios; sólo algunas vitaminas", contó Julia, su bisnieta de 26 años.
Cuando nació, Julio Argentino Roca promediaba su primer mandato como presidente. Nació el 7 de mayo de 1898 y fue una de las primeras partes de la ciudad más oriental del país, donde sigue viviendo.
Si bien vive junto a uno de sus ocho hijos, María Cecilia, de 88 años, la suele cuidar su vecina Beatriz Maz.
El año pasado, su humilde casa de madera recibió una serie de mejoras por parte del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional, luego de que sus vecinos se movilizaran en su nombre. También le otorgaron una pensión. Se juntaron fondos para hacerle un baño y los alumnos de un colegio de la zona le hicieron la instalación eléctrica. Además, la comuna hizo un mural en su honor.
"La verdad es que muchos vecinos la quieren, preguntan por ella y siempre están pendientes de que le falte algo", se orgulleció Julia. Y recordó la frase que su abuela suele repetir: "Parece que la muerte se olvidó de mí".