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Cientos de personas en "Maratón por Matías Berardi"

Cientos de personas participaron en la "Maratón en Homenaje a Matías Berardi", adolescente de 16 años secuestrado y asesinado en Campana en septiembre, a donde acudieron con múltiples donaciones.

Cientos de personas participaron hoy en la "Maratón en Homenaje a Matías Berardi", adolescente de 16 años secuestrado y asesinado en Campana en septiembre último, al correr unos 300 metros en la localidad bonaerense de Martínez, al lado del hipódromo de San Isidro, adonde acudieron con múltiples donaciones.

En tanto, los padres del adolescente asesinado, Juan Berardi y María Inés Daverio, reclamaron "más testigos" para la causa en la que se investigan los últimos minutos de vida de su hijo. Los competidores, a las 11.14 y desde el cruce de Dardo Rocha y Santa Fe, corrieron unos 300 metros, distancia coincidente con la recorrida por Berardi en pedido de ayuda luego de haberse escapado de sus raptores, quienes lo recapturaron poco antes de ser hallado muerto producto de dos balazos.

El padre del adolescente asesinado, Juan Berardi, agradeció a los participantes y pidió "más testigos" para la causa en la que se investigan los últimos minutos de vida de su hijo. "Estamos muy contentos de que el homenaje haya tenido tanta repercusión y es bueno ver que hay un principio de cambio en la gente, en los valores, para ayudar al prójimo", dijo el hombre.

Luego, la madre del adolescente asesinado, María Inés Daverio, resaltó que "no se sabe absolutamente nada sobre lo que pasó" poco antes del homicidio de su hijo y coincidió con su marido al pedir el testimonio de "más testigos".

Empleados de la Municipalidad de Escobar arribaron poco antes de las 10 de esta mañana a la intersección de Dardo Rocha y Santa Fe, al mando de un camión con agua potable y un colectivo con asistentes.

"La Comuna de Escobar colaboró ya que los familiares de Matías son oriundos de la localidad de Ingeniero Maschwitz, situada en ese partido bonaerense",
dijo Eduardo Alemán, integrante de la asociación civil Red Solidaria, que organizó la competencia junto a los parientes del adolescente asesinado.

Alemán, luego, destacó que el clima mejoró cuando "salió el sol a las 10" y remarcó que la carrera se postergó durante casi una hora y media debido a que, "al haberse recompuesto el tiempo, se acercó mucha gente de la zona" .

La denominación "maratón" de la competencia fue simbólicadebido a que, con esa palabra, se define a una prueba atlética que consiste en correr una distancia de 42,195 kilómetros. Además de la distancia recorrida por Berardi poco antes de su muerte, el número 300 estuvo vinculado con las donaciones recibidas para la competencia.

La maratón fue promovida para obtener 300 dadores de sangre para el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y otros 300 de médula ósea para el banco del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI).

También, para reunir 300 cajas de leche en polvo, además de 300 juguetes bélicos que serán transformados en pelotas o libros para que "los niños tengan en cuenta el daño que provocan las armas de verdad y conozcan lo positivo de solidaridad con los que menos tienen".

Así lo remarcó en un comunicado la asociación civil Red Solidaria, organizadora de la competencia benéfica junto a los familiares del adolescente asesinado. La entidad recibió también 300 mochilas con útiles escolares y 300 árboles autóctonos, entre otras donaciones.

En la noche del 27 de septiembre último, Matías Berardi fue con sus amigos a un baile de egresados en el boliche "Pachá" de la Capital Federal y regresó en una combi alquilada en la madrugada del día siguiente. A las 5.45, se bajó en una estación de servicio de ruta 26 y Panamericana-Ramal Pilar para, desde allí, viajar a su casa en Ingeniero Maschwitz.

Pero, a las 6.11, la madre del adolescente recibió el primer llamado con el que le exigían mil pesos y objetos de valor porque tenían a su hijo secuestrado. Fue la primera de las ocho comunicaciones, con las que terminaron reclamando 30 mil pesos de rescate. El adolescente estuvo secuestrado en el taller de herrería de Richard Souto, ubicado en Sarmiento 407 de Benavídez, pero en un momento logró escapar, saltar la reja de la vivienda y recorrer las calles pidiendo ayuda.

Fue así como la esposa del herrero, Ana Cristina Moyano; sus hijas Jennifer Stefanía Souto Moyano y otra menor de edad; su cuñada Celeste Moyano; y la pareja de esta última, Néstor Facundo Maidana; salieron a buscarlo y le dijeron a los vecinos que no era un secuestrado, como había clamado el chico, sino un ladrón.

Un rato después, Souto y Néstor Facundo Maidana recapturaron al menor que, al día siguiente, fue hallado muerto producto de dos tiros, en un baldío de Campana. El 15 de octubre último, el juez federal subrogante de Campana Adrián González Charvay procesó a Souto, su esposa, sus hijas, los Maidana y el joven Elías Vivas por secuestro extorsivo seguido de muerte.

Los únicos que no quedaron procesados -sino con falta de mérito- fueron Santiago García, de 63 años, vecino de la familia Souto en Benavídez y ex socio en la herrería -único que aceptó declarar-; y Miguel Moyano, padre de las hermanas Celeste y Ana.

Todos esos procesamientos comenzaron a ser analizados por la Cámara Federal de San Martín, a pedido de los acusados.