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Chico casi mata a anciano al que arrolló en la playa

*Por Maximiliano F. Montenegro. "A mi papá lo arrolló un chico de 17 años que estaba aprendiendo a manejar en la arena", relató la hija de la víctima.

Ulises Caminos tiene 78 años y maneja una panadería en la ciudad entrerriana de Paraná. Sus hijos y nietos lo llaman Iron Man (hombre de hierro) por su increíble resistencia y fortaleza. Lo demostró en noviembre último, cuando salió de una complicada operación y revalidó el cariñoso apodo hace unos días. Es que su familia le regaló unas vacaciones en Pinamar, pero segundos antes de pisar por primera vez la playa una camioneta fuera de control y conducida por un menor lo arrolló, provocándole múltiples fracturas en pies, brazos, piernas, manos y cadera, además de diversas heridas en la cabeza y torso.

Nadina Caminos es su hija y en diálogo con DIARIO POPULAR contó que, en rigor, ella misma es una sobreviviente de lo que definió como "el tremendo descontrol vial en Pinamar", porque al momento del drama se encontraba a escaso metro y medio de su padre. "Tenía a mi beba de un año en brazos. Si me agarraba a mí, ni quiero imaginarme lo que pasaba. La peor parte se la llevó mi papá, pero en el mismo hecho también fue arrollada mi mamá, Graciela, de 72 años. Fue terrible lo que vivimos desde ese momento. Mi papá la está peleando, no se da por vencido, pero quedó todo roto. Ya van por la tercera operación de cadera", relató la mujer.

"Por el tema de papá, empezamos a observar lo que pasa en la costa con el problema vial, y es un desastre. Hay chicos de 9 años manejando cuatriciclos, en la playa y en las calles. Hay jovencitos que no respetan nada, y andan en autos importados o camionetas tremendas".

El drama para la familia Caminos ocurrió en el ingreso al balneario Las Brujas. "Habíamos llegado a Pinamar un día antes. Fuimos todos los hermanos, con los respectivos nenes, y los abuelos. Estábamos festejando que mi papá había salido adelante de una operación complicada en noviembre. El primer día fuimos a la playa los más jóvenes, y los abuelitos se quedaron en la casa ordenando todo y descansando del viaje", continuó.

"Ese día, a las 16.30 de la tarde, llevamos a mis padres a la playa. Estábamos saliendo de la zona del estacionamiento, camino a la playa, donde ya estaban instalados mi otra hija, sobrinos y mi hermana. Veníamos conversando del mate, si alcanzaría para todos. Caminábamos en fila india. Yo estaba adelante con mi beba, siguiendo a mi hermano, y detrás mis padres", añadió.

En determinado momento, la conversación se interrumpió por un grito desgarrador. "Cuando me doy vuelta, veo que una camioneta Chrysler atropellaba a mi mamá, que salió volando. Empiezan los gritos, y mi cuñado menciona a mi papá. Lo empiezo a buscar y lo veo abajo de la camioneta, atrapado, todo lastimado. No lo podía creer, parecía una horrible pesadilla, pero era real", describió todavía impresionada.

Fuera de control

"Fue mi propio cuñado quien, desesperado, hizo frenar la camioneta, que estaba fuera de control. Se baja un chico, aterrado. Después nos enteramos que estaba aprendiendo a manejar. Le habían dado una camioneta importada sin saber manejar, y en la playa. El acompañante era su propio padre, que tomó el control y empezó a maniobrar para adelante y atrás, con mi papá abajo. No había forma de hacerlo zafar", detalló la hija de la víctima.

La situación fue dramática, al punto que debieron intervenir los mozos y empleados del balneario. "Yo gritaba, todos lo hacíamos por la impotencia. Mi beba no paraba de llorar. Tuvieron que levantar la camioneta haciendo fuerza con las manos. Recién ahí pudieron sacar a mi papá de abajo. Estaba destrozado, tenía heridas por todos lados. Es que además del golpe, lo había arrastrado seis metros por la arena", dijo la hija de Ulises.

Al cabo de unos minutos, apareció en el lugar una ambulancia, que trasladó a la víctima hasta el Hospital de Pinamar. "La atención allí es pésima. Estaba todo desbordado. A mi mamá no la atendió nadie. Estaba toda golpeada y en estado de shock. A mi papá tardaron muchísimo en verlo. No hubo palabras de aliento, de consuelo, nada", sostuvo la mujer.

"En manos de Dios"

Por la gravedad del cuadro, a Ulises lo trasladaron a la Clínica Modelo de Paraná. Sufrió fracturas en los pies ("los tiene quebrados en mil pedazos", describió su hija), fémur de una pierna y tobillo en la otra, manos y brazos. Además, presenta heridas por el arrastre contra el piso en la espalda, brazos y cabeza. "Lo peor es la cadera. Ya lo operaron tres veces. Le pusieron clavos", señaló.

La hija de Ulises precisó que "la camioneta está a nombre de un laboratorio multinacional, y el padre del menor es un directivo de ventas muy importante" y agregó que "primero se puso a disposición nuestra, pero luego se borró, al punto que nos quería hacer firmar un documento para que no levantemos cargos a cambio de darnos 8.000 pesos para el traslado y la internación".

"Gastamos lo que pensábamos usar en las vacaciones y mucho más, pero nadie se hace cargo. La firma de medicamentos ahora parece que quiere ayudarnos, pero hasta el momento estamos solos. Mi papá está haciendo lo imposible por recuperarse, pero le falta mucho y corre muchos riesgos porque es una persona grande. Estamos en manos de Dios", cerró Nadina.