DOLAR
OFICIAL $1425.00
COMPRA
$1475.00
VENTA
BLUE $1490.00
COMPRA
$1510.00
VENTA

Cecilia Zuberbühler: "El duelo es difícil pero le pongo onda"

A tres meses de la trágica muerte de su marido, Pablo Santamarina, Cecilia Zuberbühler intenta resistir ese dolor que partió en mil pedazos su corazón. Está en su tradicional casa de Punta Piedra, en Punta del Este, procurando reconstruir su alma.

Nota extraída de la revista Caras.

Cecilia Zuberbühler viajó para pasar unos días junto a sus hijos, Pablo (26) e Iván (22), quienes fueron con sus respectivas novias. "Siempre hay arreglos que hacer para preparar la casa de Punta para el verano. Por ejemplo, podé el jardín, algo que siempre hacía Pablo —explica a CARAS la periodista y conductora que se recupera de la traumática experiencia de que a su lado se muriera de un infarto, mientras dormía, el gran amor de su vida en su casa de Alta Gracia, Córdoba—. También aproveché y pasé por el atelier de Elina Damiani, en La Barra, y le dejé la foto en color de Pablo que más me gusta, para que le ponga un marco rústico y así poder lucirla en mi casa de Punta Piedra", agrega.

Cecilia conoció a Pablo Santamarina cuando tenía 12 años, con el paso del tiempo se pusieron de novios por siete años y luego estuvo casada durante treinta y cinco. Cuenta que ahora vive el duelo como puede, con los altibajos lógicos. "Durante estos meses, muchas veces me costó seguir, por la congoja y la nueva responsabilidad de asumir el rol de 'cabeza de familia', más allá del gran apoyo que me brindan mis tres hijos −(Pablo, y los mellizos Iván y Rodrigo)−, la familia y amigos, explica la periodista, quien no deja de recordar al único hombre que conquistó su corazón. "Por el momento estoy repitiendo la rutina y las costumbres que teníamos con Pablo. Sé qué pensaba y hacía frente a cada tema, así es que yo lo imito", dice.

Cecilia Zuberbühler camina por la playa con sus hijos, y observa el devenir incesante de las olas, como una metáfora de la vida."Soy muy ansiosa, quiero que ya pasen los famosos dos años que, según dicen, son los peores de un duelo. Pero es imposible... Espero que pronto esté mejor —confiesa la conductora de "Cecilia Z", antes de seguir "haciendo catarsis" y abriendo su herido corazón—. Me alegro que, por lo menos, poco a poco, estoy recuperando mi buen humor de siempre, ese que Pablo tanto valoraba. Agradezco poder volver a disfrutar, aunque sea de a ratos. Yo soy más optimista, él era más realista. Hacíamos una buena combinación. Resumiendo, el duelo es difícil, pero le pongo mucha onda", concluye.