Caso Marita Verón: imputada acusó a testigo
Un incidente que involucró a una testigo, a una imputada y a varios abogados, se produjo al finalizar anoche la jornada del juicio, generando tensión en los tribunales tucumanos.
Daniela Milheim, imputada por la desaparición, hace 10 años, de la joven tucumana, Marita Verón, sufrió un ataque de nervios y denunció que Alejandra Huerta, la testigo que declaró ayer, es ayudada por la Fundación que preside Susana Trimarco, madre de la desaparecida.
"Al salir de tribunales, Huerta y su madre (Amalia Juárez) se subieron a un auto blanco que pertenece a la Fundación María de los Angeles", le dijo Milheim a Télam, quien quedó comprometida con las declaraciones de la testigo.
Esto fue negado por Carlos Garmendia, abogado de Trimarco, quien explicó que el rodado pertenece a Gendarmería, que tiene a su cargo la custodia de la testigo por pedido del tribunal que lleva adelante el proceso.
El letrado aclaró que "Huerta no tiene relación con la Fundación y la orden de custodia no la pedimos nosotros".
Huerta relató en su testimonio como es la vida de una prostituta, contó algunos códigos que se manejan en el ambiente, reconoció que vive con miedo desde hace muchos años y admitió que Milheim reclutaba jóvenes que enviaba a los prostíbulos de La Rioja, aunque aclaró que nunca vio en su casa a Marita Verón.
"Al salir de tribunales, Huerta y su madre (Amalia Juárez) se subieron a un auto blanco que pertenece a la Fundación María de los Angeles", le dijo Milheim a Télam, quien quedó comprometida con las declaraciones de la testigo.
Esto fue negado por Carlos Garmendia, abogado de Trimarco, quien explicó que el rodado pertenece a Gendarmería, que tiene a su cargo la custodia de la testigo por pedido del tribunal que lleva adelante el proceso.
El letrado aclaró que "Huerta no tiene relación con la Fundación y la orden de custodia no la pedimos nosotros".
Huerta relató en su testimonio como es la vida de una prostituta, contó algunos códigos que se manejan en el ambiente, reconoció que vive con miedo desde hace muchos años y admitió que Milheim reclutaba jóvenes que enviaba a los prostíbulos de La Rioja, aunque aclaró que nunca vio en su casa a Marita Verón.