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Cabezas: ¿Quién fue el Judas Iscariote de esta historia? – Final

No nos tienta hacer periodismo exótico, como especular si alguien vio realmente el cadáver de Alfredo Yabrán. * Por Jorge D. Boimvaser

* Por Jorge D. Boimvaser
info@boimvaser.com.ar

No nos tienta hacer periodismo exótico, como especular si alguien vio realmente el cadáver de Alfredo Yabrán, si el empresario postal vive con rostro y papeles nuevos en algún lugar del Planeta o cosas parecidas. La realidad es a veces demasiado terrorífica como para entrar en terrenos fantasiosos.

O si el disparador del crimen de José Luis Cabezas fue realmente el asunto de "sacarme una foto es como pegarme un tipo en la cabeza" , o una intrincada pelea de poderes desató el daño colateral que terminó con la vida del reportero gráfico.

Ninguna especulación le devuelve la vida al fotógrafo. Quizás lo que vale hoy es agregar un detalle hasta ahora ignorado en la causa judicial y que al menos nos muestra el quien es quien en esta historia. Y develar uno de los secretos macabros nunca revelados.

En nuestra entrega anterior vimos una situación algo extraña. Silvia Melgarejo, ex empleada doméstica convertida de buenas a primeras en exitosa empresaria inmobiliaria en la zona Pinamar-Cariló (dueña de Constructora del Bosque), fue la consecuente amiga que le "hizo el aguante" a Sergio Camaratta durante su corta estadía carcelaria.

Le llevó una novia, lo surtió de todo cuanto pudo para que no pasara necesidades en el penal, le cuidó los bienes que el policía condenado guardaba en Mar del Plata (los bancos de Pinamar carecen de cajas de seguridad, quien tiene dinero efectivo y no lo quiere bancarizar los esconde en bóvedas marplatenses) y no dejó de mimarlo, aunque no se le conocían vínculos afectivos. Una historia conmovedora de no ser que tras esos menesteres se guardan secretos siniestros que hasta hoy jamás fueron revelados.Hagamos un salto en el relato.

El 25 de enero, día que fue asesinado José Luis Cabezas, es justamente el cumpleaños de Sergio Camaratta. Suena macabro que el mismo día que un tipo celebra su natalicio, salga a matar como si nada a otro y tan solo por dinero, un crimen por encargo.

Los forenses del FBI norteamericano estudian una asignatura difícil si las hay: Deducir los índices de maldad –así se denomina la materia- de los mas crueles asesinos que pueblan las cárceles de USA. Ver esos segmentos está al alcance de quien tenga en su señal de cable el Nat Geo o Discovery Channel.

El día de su cumpleaños Camaratta lo comenzó participando de un asesinato por el cual fue condenado. Una ex pareja de Silvia Melgarejo se sinceró hace un tiempo y así se lo dijo a este periodista:"A Cabezas lo estuvieron buscando varios días pero nadie le conocía el rostro en la multitud. Medio Pinamar tenía colgadas del cuello cámaras fotográficas de alta gama. Imposible reconocer al reportero. Los Horneros ya estaban instalados en la zona y vivían borrachos y drogados. Esperaban la hora de matar pero sin saber a quien. Cuando se supo de la fiesta de Andreani (el otro cartero privado competencia o prolongación del mega grupo Yabrán) en Pinamar presumieron que Cabezas la cubriría.

"Le preguntamos a Gladys Cabezas (nuestra referente en toda esta investigación que publica en exclusiva Diario Veloz) por este asunto. Nos confirma que durante la investigación y el juicio efectivamente se dijo que los criminales estuvieron varios días buscando a su hermano.Pero también nos agrega: "José Luis estaba viviendo en Pinamar, no conoció a ninguno de los policías que lo mataron.. pero a Silvia Melgarejo, que era parte de esa élite de potentados empresarios, la conocía y la trataba. Silvia Melgarejo aparece en el expediente...".

La ex pareja de esta mujer (si algún fiscal quiere conocer mas datos se lo entregaremos, por ahora guardamos su nombre en el anonimato aunque medio Pinamar sabe de quién se trata) se fue enterando bocado tras bocado de esta historia hasta que finalmente, una vez desplumado por su amada, fue declarado prescindible en esa relación amorosa, y ya se sabe que los rencores hacen soltar la lengua mas que cualquier otra sustancia.Hace unas horas hablamos con Gladys Cabezas de este asunto nuevamente.

"Yo creo como vos, nos dijo, quien marcó a José Luis en la fiesta de Andreani para que lo secuestraran fue Melgarejo. Por eso a Camaratta no le importó empezar el día de su cumpleaños cometiendo un asesinato".Ya la familia Cabezas, aunque aparezca un testigo relator de esta historia, no puede instar nada más en los Tribunales. El año pasado compartimos con Gladys los recordatorios en Pinamar y en la maldita Cava de General Madariaga. El Intendente Blas Altieri se excusó de participar en la jornada aduciendo problemas de salud. Pero la noche del 25 de enero del 2011 relucía a sonrisa plena en un desfile sobre la costa en la cual se eligió Miss Pinamar.

En la zona se habla de complicidades entre el poder y el círculo que entorna a los asesinos de Cabezas. Se mencionan fiestas al mejor estilo Berlusconi en una estancia de la zona, con mujeres muy jovencitas, quizás menores de edad. Los políticos lo dicen en privado, pero si se les pregunta sin reserva de identidad encogen los hombros con un gesto de... no sabe, no contesta.

Los pobladores estables de Pinamar no saben más que hacer para terminar con cierto terror que los queja y deben vivir en silencio. Los veraneantes ocasionales de temporada no quieren saber nada de recordatorios y menos de homenaje a Cabezas cuando ellos están vacacionando. Por eso este año el recordatorio –a pedido de los hijos del fotógrafo-, se realiza en Mar de Ajó. "En Pinamar somos maltratados", dice Gladys Cabezas.Saber quien fue el Judas Iscariote de esta historia, la persona que le dio a José Luis cabezasel beso de la muerte, ya no podrá ser judicializado, por esas cuestiones extrañas que tienen los procesos en los Tribunales.Pero aunque sea no quedarán impunes los nombres de todos y cada uno que participaron en la trama criminal.

"Algo vamos a hacer, no nos quedaremos de brazos cruzados", nos dice Gladys.Nos vamos pensando en ese nombre que los forenses del FBI le ponen a la criminalidad extrema: Índices de maldad. Repugna un poco redactar estas historias. Pero más repugna la impunidad.