Bolivia, el triunfo de Arce
Ahora le tocará el desafío de volver a levantar a su País desde una crisis sanitaria y económica muy profunda.
“No es que nosotros fuimos tan buenos, sino que los que vinieron después fueron tan malos, que nos dejaron como buenos a nosotros”. Gral. J.D.Perón.
El rotundo triunfo de Luis Arce en las elecciones presidenciales demuestra la acertada lectura de Evo Morales de la realidad del sentimiento de vastos sectores independientes que lo habían abandonado en las elecciones previas al golpe de Estado que lo obligó a renunciar.
Las ventajas económicas y sociales obtenidas por la mayoría de los bolivianos durante su gobierno (2006 a 2019) le construyeron una base de sustentación que se deterioró por su actitud de aferrarse al poder.
En esta oportunidad contra la opinión de los sectores “duros” del MAS, impuso la candidatura, atractiva para los sectores moderados, de su ex ministro de economía.
Luis Arce, graduado en la Universidad San Andrés de la Paz, realizó durante su gestión una política económica heterodoxa que sacó a tres millones de bolivianos de la pobreza, armó una estructura mixta de explotación y exportación de sus comodites, una inteligente redistribución del ingreso y un crecimiento del PBI, con baja del desempleo y una inflación anual promedio menor al 3%.
Ahora le tocará el desafío de volver a levantar a su país desde una crisis sanitaria y económica muy profunda.
Dos frases de Evo Morales, posteriores a la victoria, se inscriben en una línea de prudencia que invita a la esperanza: “Quien va a gobernar es Luis Arce” y “construiremos un país que deje de lado los rencores y que nunca se recurra a la venganza”.
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