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BAFICI 2011: los nuevos caminos

Santiago Mitre, Nicolás Grosso, Hermes Paralluelo. Los directores de "El estudiante", "La carrera del animal" y "Yatasto", respectivamente, tres de los grandes ganadores del festival que culminó ayer, hablan de lo que representa el BAFICI y de cómo ven el presente y el futuro del nuevo cine argentino.

Cada nueva edición del BAFICI que termina, más allá del éxito de público, confirma que el público porteño está abierto a ver un cine de mayores riesgos y desafíos estéticos del que llega todos los jueves a la cartelera, algo que los exhibidores no quieren o saben ver. Cada nuevo festival marca, además, tendencias respecto hacia adonde va el cine argentino contemporáneo: nuevas líneas narrativas, nuevos creadores, nuevas formas.

Este año se recordará por la cantidad de películas argentinas estrenadas allí (113, entre largos y cortos) y por algunos hitos en particular: la apertura con Vaquero , de Juan Minujin, una opera prima con estreno mundial local y gran repercusión; la aparición de El estudiante , de Santiago Mitre, una película de ficción que se atreve a hablar de política de frente; la confirmación, con Yatasto , dirigida por Hermes Paralluelo, de la existencia de algo parecido a un "boom del cine de Córdoba"; las distintas formas de la producción independiente representadas con películas como La carrera del animal , de Nicolás Grosso (mejor película de la Competencia Argentina); Novias–Madrinas– 15 años , de Diego y Pablo Levy (Premio del Público); Las piedras , de Román Cárdenas (mejor director) y Hoy no tuve miedo , de Ivan Fund (mejor fotografía) y los premiados cortos de Benjamin Naishtat. Vladimir Duran y Margolin-Morgenfeld.

Mitre, Grosso y el catalán Paralluelo, tres de los directores premiados por los jurados del BAFICI, se reunieron con Clarín para hablar de sus filmes, de sus experiencias en el festival y de cómo ven el presente y el futuro del cine nacional.

Grosso: Vengo desde siempre al festival, como espectador y como asistente de dirección de otras películas. Me parece algo indispensable. Acá se pueden ver otras propuestas cinematográficas, es un pequeño festín anual que tenemos. En un punto es inabarcable, pero también es vital. Lo que siento es que una película como la mía, acá, tiene sentido de existencia, un festival como el BAFICI la alberga, la contiene.

Mitre: Siempre pensamos que El estudiante se tenía que dar acá. El BAFICI es el único espacio en el que se piensa el cine argentino. Yo también vine muchos años como espectador y también trabajé con directores y productores que salieron de acá, como (Mariano) Llinás y (Pablo) Trapero. Me siento un poco parte de todo esto...

Paralluelo: Mi caso es diferente, éste es mi segundo BAFICI, ya que el año anterior vinimos con la película al BAL (el encuentro para desarrollo de proyectos) y ahora a presentarla. Pero el estreno de la película a sala llena y con gente participativa, cálida y llena de gratitud por la película me resultó una experiencia extraordinaria. El BAFICI es una excepción respecto a los festivales del mundo en cuanto al tipo de cine que exhibe y la recepción que tiene.

Mitre: Un tema importante es cómo hacer que el BAFICI se extienda el resto del año, que no quede todo convertido en un fenómeno de diez días y después, nada. Está la gira de películas por el interior, y eso está bien, pero haría falta algo acá durante el año, una Sala BAFICI...

¿Qué deja este BAFICI respecto al estado del cine argentino actual? Grosso: Creo que no hay que esperar que en cada BAFICI haya grandes descubrimientos. No todos los años hay películas como La Ciénaga o La libertad , pero a la vez hay mucha producción, un montón de cosas distintas y eso es muy saludable. Entre todo ese material aparecen nuevas formas, muy buenas películas. Hay que ser paciente...

Paralluelo: Las películas trascendentales son excepciones. Cuando surgen películas que cambian las cosas lo hacen también porque hay por detrás mucho trabajo, llegan por inercia. Las grandes películas no se buscan, se encuentran.

Mitre: Ahora no podría hacer un análisis, creo que hay que dejar pasar un tiempo para poder ver bien lo que pasó en este festival.

Todos tienen experiencia previa en cine, pero esta es su opera prima individual. ¿Cómo fue? Grosso: La película me gusta y la experiencia fue inolvidable. Hay rodajes tremendos y el nuestro fue feliz. Nadie se rompió nada... (se ríe) Paralluelo: Yo llegué a Córdoba sin conocer a nadie y me uní a una productora (El Calefón), y gracias a ellos y a la gente que filmé, que se abrió a nosotros, logramos que fuera una gran experiencia. Solo no hubiera podido hacer nada.

Mitre: Lo disfruté muchísimo también. Terminé con diez kilos menos, pero feliz. Siento que fue el mejor y el peor momento de mi vida.