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Andrea Rincón recuperada ¿Milagro, marketing o fraude?

Este no es un informe sobre el problema de drogas en "ricos y famosos". Suponer que una persona se desintoxica y sale de la adicción en dos semanas, es una burla.

Hace casi dos décadas Diego Armando Maradona reconoció en una entrevista su dura realidad: "Gasté 300 mil dólares en tratamiento para dejar la adicción a la cocaína y no me sirvió de nada".

Charly García es otro grande de la historia musical argentina que entró y salió del infierno de las adicciones como si ese infierno fuera su casa. Diego y Charly la siguen peleando todos los días, pero ninguno hizo "caretaje" de su recuperación, aunque ambos reconocieron que en eso de las clínicas de rehabilitación y cura hay mucha mentira y un gran negociado cuando los pacientes tienen billetero para afrontar la esperanza de salir de esos infiernos.

A los pobres adictos que no cuentan con medios económicos que los cure la SEDRONAR (Secretaría anti drogas... al menos así se llama), pero ya se sabe que la SEDRONAR es una de las grandes mentiras institucionales del Estado.

La parodia de Andrea Rincón grabando un video donde reconoce su adicción a los narcóticos y confesando que se internaba voluntariamente en una clínica  parecía ser una interesante demostración de que el flagelo no respeta a nadie. Y llamamos a eso parodia porque dos semanas después de internarse salió diciendo a los cuatro vientos que la Clínica Avril le había dado el alta y ya estaba curada. ¿Curada y desintoxicada en dos semanas?

Esperamos un tiempo prudencial para escuchar que la misma clínica reconociera oficialmente el alta de la vedette, pero hizo silencio y las llamadas a ese centro nunca son respondidas.

No hay que ser un Favaloro ni un grande de la medicina para darse cuenta que un proceso de desintoxicar tanto al cuerpo que consume esas sustancias químicas como a la psiquis que provoca la adicción, es un proceso lento que puede llevar períodos prolongados y así y todo nunca nadie puede asegurar un final feliz. Maradona y Charly son apenas dos ejemplos entre millares de anónimos. Pero un día sale Rincón y la Clínica Avril a decirnos de buenas a primeras que lo que nadie consigue en dos semanas, ellos lo pudieron.

 

La pregunta es: ¿milagro, fraude o marketing?

Si fuera un milagro el Papa Francisco tendría que tenerlo en cuenta para canonizar en un futuro a "Santa Rincón", como patrona de los que salen del infierno en un abrir y cerrar de ojos.

Pero que la clínica se preste a este juego siniestro de esperanzar a quienes luchan contra el flagelo a que en unos pocos días, y pagando aranceles de internación y tratamiento que no son para nada baratos, se puede salir de las drogas, ya es casi como para que algún denunciante serial tome cartas en el asunto y lleve el caso a la Justicia, porqué un centro médico no puede prestarse a semejante mentira.

Si no hay milagro, entonces es un fraude total y un negocio marketinero pues todos los que quieren una solución a su drama ya saben en qué lugar internarse para dejar de sufrir.

El negocio de la cura a las adicciones ya se ha vuelto tan lucrativo  como el de vender drogas o el de cobrar una comisión para dejarla pasar por las fronteras. Sea narcotráfico, policía y políticos corruptos o quienes dicen tratarlas, las drogas siguen siendo el gran negocio bancado por la víctima que consumen.

¿Cuál es el porcentaje de pacientes que verdaderamente son curados? Menos del 10 por ciento, pero ese porcentual siempre lo esconden los centros de tratamiento, no sea cosa de perder potenciales pacientes si se sabe que las chances son tan mínimas como las de salir vivos en el juego de la ruleta rusa.

 

El centro de rehabilitación y desintoxicación más reconocido en el mundo se encuentra en un monasterio budista en la India. El paciente internado comienza bebiendo un brebaje preparado con plantas y raíces cuya fórmula es un secreto tan celosamente guardado como el de la fórmula de la Coca Cola. Dos semanas alimentándose solamente a base de ese compuesto natural, exactamente el mismo tiempo que le demandó a la Clínica Avril y a Andrea Rincón lograr el milagro. Después en el monasterio siguen con el tratamiento que es prolongado y tiene un extraño protocolo. Si el paciente que sale curado vuelve a recaer, ya no podrá volver a ser internado en ese lugar. No hay una segunda oportunidad. Quizás esa condición juegue psicológicamente a favor del paciente, condicionándolo a que no recaiga porque no hay una segunda chance.

En la Clínica Avril como en el resto de los centros similares, mientras te aguante el bolsillo podés entrar y salir mil veces.

 

Hay diferencia, ¿no es cierto? Ojalá estuviéramos equivocados y en el futuro tengas a "Santa Andrea Rincón" como la milagrosa mujer que le rompió las puertas al infierno. Pasar sin escalas de ser tapa de revistas eróticas a ser estampita, no es para cualquiera.